Elba Esther Gordillo, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el más grande de América Latina, ha logrado que los reflectores de una campaña electoral en México se vuelvan a centrar en ella.

El SNTE en México no es cualquier cosa, es factor y actor para que la educación cambie en México, pero también es factor para que cualquier político que aspire a gobernar, pueda gobernar.

Los maestros del SNTE están en todo el país, el pueblo más chico y la ciudad más habitada depende en gran medida de lo que ellos decidan.

En los pueblos de México, los maestros todavía inciden como en antaño en la toma de decisiones. Es probable que los métodos hayan cambiado. Antes el maestro podía organizar a diversos grupos de la población en contra o a favor de un gobernante. También eran, y creo que son, candidatos naturales por cualquier partido político a presidentes municipales. Son toda una red.

En la actualidad, el magisterio mexicano ha dejado de actuar aislado y por redes que podían operar solas. El aumento de los medios de comunicación y de la pluralidad de los actores políticos, como el crecimiento de la diversidad de la opinión pública, han provocado que el SNTE y sus agremiados se retraigan a los lazos gremiales y los canales verticales que sus estructuras crean en los espacio privados donde discuten (negocian) con la clase política y los gobernantes.

El SNTE ha logrado operar en los 12 años de alternancia que lleva el país por sus propios medios y la creación de un partido político, Nueva Alianza. Su estrategia no tiene una ideología definida, no se basa en un proyecto de país, solo en la plena sobrevivencia del sindicato sin ceder poder. No lo ha cedido y sí cierra los canales de apoyo a los gobiernos en los momentos que quieren.

La clase política y los gobiernos, guste o no, dependen del sindicato. Ningún gobierno cuenta con las capacidades y el poder suficiente para pararlos en seco.

Desde la década de los ochenta el SNTE cuenta con un contrapeso político en el país, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que acusa al charrismo de Gordillo de tener secuestrado el gremio magisterial. No son “diferentes”, operan bajo la misma lógica que el SNTE, son idénticos, pero con un discurso de izquierda. La CNTE se dice diferente, pero tolera que sus agremiados sean candidatos del PRI.

Después del “Día del Maestro” (15 de Mayo), Ciro Gómez Leyva en el noticiero estelar de Milenio Televisión entrevistó a la lidereza vitalicia Elba Esther Gordillo. El motivo de la entrevista es el discurso que dio frente al Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, para criticar a la candidata oficialista Josefina Vázquez Mota, quien días antes lanzó un spot de campaña en contra de su liderazgo. No se sabe cuánto puedan afectar las declaraciones de Gordillo en la intención de voto a Vázquez Mota, pues su imagen es negativa ante la opinión pública, sí se sabe, con la certeza de las palabras de la líder magisterial, que el SNTE no apoya al PAN y que de ganar, no tiene un aliado que dé estabilidad a inicios de su gobierno, como lo tuvo en el año 2006 donde el SNTE decidió apoyar a Felipe Calderón.

Desde el 2006 los trascendidos en la prensa mexicana señalaban que Gordillo personalmente operó a favor de Calderón para calmar a los gobernadores priistas ante el fraude que señalaba Andrés Manuel López Obrador. Fue hasta el año 2011 que Elba Esther Gordillo aceptó su cabildeo a favor de Calderón Hinojosa, con su característico descaro contestó a la prensa, entre ellos a Ciro Gómez Leyva, que no había dicho nada, porque nadie lo había preguntado.

Así como operó con el SNTE para obtener votos a favor de un partido político para la Presidencia de México, el Partido Acción Nacional (PAN); como hizo que existiera un voto diferenciado por el Partido Nueva Alianza, casi nadie votó por su candidato a la presidencia pero sí muchos por sus candidatos a diputados y senadores con la idea de un voto de tres, el SNTE y Gordillo están de vuelta para incidir en las elecciones. López Obrador y Vázquez Mota no tienen su apoyo. Con Gómez Leyva declaró que los maestros pueden votar por el PRI si quieren, Quadri no es su amigo, pero reconoce su éxito. En otras palabras, solo hay dos partidos políticos que no tienen problemas con Gordillo, el PRI y el PANAL, que es solo un tentáculo más del pulpo.

El problema para el PAN y la izquierda partidista es que en caso de ganar las elecciones tendrían en contra al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). López Obrador es probable que tenga que negociar y cerrar “heridas” con Elba Esther Gordillo, pero Vázquez Mota ¿qué tendrá que hacer para que Gordillo termine con sus ataques personales? Una cosa es la rivalidad política y otra el odio y desprecio que Gordillo muestra por la panista, su guerra es personal. Una cuestión puede surgir de esta rivalidad entre mujeres, Vázquez Mota no termaría con el SNTE, pero sí podría ser la primera presidenta opositora en lo público de este gremio.

Como sea, Gordillo irrumpe en la política mexicana cuando ella quiera. Si le hace bien al país, no. Si el país necesita al SNTE para la estabilidad política, sí. El SNTE es otro pendiente más de la transición política mexicana, pertenece al tipo de organizaciones que solo favorecen a un régimen autoritario y dañan la democracia, es ese corporativismo que sobrevive por la necesidad y crea, justifica, formas de vida que sacrifican la libertad del hombre.