
Mentir para lograr una meta también es un acto de corrupción. Jaime Rodríguez, el bronco, al igual que otros políticos, utiliza los resquicios de la ley, la judicialización de un proceso, para obtener lo que quería.
El primer debate de estas elecciones es un reto para el INE como para los candidatos.
La semana fue del Bronco, el INE, el TRIFE y ese recuerdo que con corrupción se puede avanzar en este país y no pasa nada. La ley existe para violarla.
Este puede ser el proceso electoral más complejo que haya vivido un instituto electoral en México por la cantidad de cargos a elegir. No solo se eligen cargos federales sino cientos de procesos a nivel estatal y local.
Mentir para lograr una meta también es un acto de corrupción. Jaime Rodríguez, el bronco, al igual que otros políticos, utiliza los resquicios de la ley, la judicialización de un proceso, para obtener lo que quería.
La mayor debilidad del Partido Acción Nacional y Josefina Vázquez Mota son las muertes que en este sexenio ha permitido el presidente Felipe Calderón Hinojosa. Su mayor amenaza es la falta de justicia a las víctimas, las cuales han quedado como simples daños colaterales.
La atención a las víctimas queda en lo coyuntural, sólo se da cuando el tema logra abrirse un espacio en la agenda de los medios de comunicación. Después, cuando el tema se apaga en las televisoras, la atención gubernamental a los familiares y víctimas desaparece, regresa al escritorio de un burócrata que se dedica a administrar el problema.
La Guardería ABC es el caso de injusticia que más ha indignado a los mexicanos en este sexenio. Primero, porque los muertos fueron niños y si hay algo sagrado para los mexicanos después de la madre, son los hijos. Segundo, porque murieron en instalaciones que supuestamente el gobierno federal por medio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) había inspeccionado y avalado como seguras. Tercero, porque el incendio donde murieron calcinados los infantes provino de un domicilio a cargo del Gobierno del Estado de Sonora. Cuarto, porque la guardería tiene relación con familiares de la Primera Dama de México, Margarita Zavala. Quinto, porque ningún funcionario de alto nivel ha pagado por el crimen. Sexto, porque en las calles hay muchos culpables que viven aparentando ser inocentes. Séptimo, porque los padres de familia viven un dolor en plena soledad y los días se van esperando que la justicia llegue. Octavo, porque el incendio recuerda y aclara que no se puede confiar en las autoridades mexicanas, mucho menos en la impartición de justicia.
Los muertos del sexenio son el reclamo más justo que los mexicanos pueden hacer al Partido Acción Nacional, más en el caso de la Guardería ABC, porque ahí el gobierno y el partido oficial no pueden argumentar que trabajaban para el narcotráfico, se dedicaban a los secuestros o estaban en algún antro de mala muerte, sí en una guardería de mala muerte. Ellos eran inocente y sus padres, posiblemente, víctimas de la necesidad de tener a sus hijos en una guardería del Estado.
Por años, no solo con el PAN, sino también en los gobiernos del PRI -incluido el autoritarimos- y del PRD, hemos escuchado que los niños son el futuro de México, pero nadie garantiza un presente con las necesidades básicas cubiertas.
Unos ejemplos. Primero, la Guardería ABC demuestra que los niños no importan, sino el negocio y poder obtener los contratos con el gobierno, siempre pensando en incrementar la ganancia. Segundo, los niños de Oaxaca son atropellados por priistas, izquierdistas, derechistas y la Sección 22 por sus pugnas políticas. La inseguridad de las ciudades poco a poco ha cerrado los espacios públicos para ellos. La falta de reformas no garantiza que en un futuro puedan competir a nivel internacional por un mejor país y tener un mejor nivel de vida.
Si algo recuerda el caso de la Guardería ABC es que nadie en la clase política ha hecho algo por los mexicanos sin pedir algo a cambio. Segundo, que la corrupción y el compadrazgo son el mejor camino para crecer económicamente en el país, aunque no se cumpla con los mínimos a la hora de ofrecer los servicios concesionados por el Estado.
El problema reside en que el caso de los niños muertos en la Guardería ABC no es exclusivo del Partido Acción Nacional. El Partido Revolucionario Institucional tiene sus muertos de este Siglo XXI en Oaxaca y el 2006, los muertos de la guerra contra el narcotráfico también son suyos en todos los territorios que gobierna y en los cuales no quiso actuar para no perder votos. El PRD tiene sus muertos en el News Divine y la discoteque Lobohombo, por supuesto también los muertos del narcotráfico en los territorios que gobierna y en los cuales se ha coludido con el crimen organizado, como es Michoacán.
Guardería ABC es ese recuerdo que señala que a la clase política no interesa proteger la vida de los ciudadanos; por supuesto, sabe lucrar con la muerte de sus hoy votantes.
Escucha el podcast de este artículo:
Florence Cassez ha recibido una buena noticia al conocer la propuesta del ministro Arturo Zaldivar, presidente de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que señala su excarcelación. Las víctimas de los secuestros de la banda de “Los Zodiacos” han recibido la noticia como mala, al menos esa ha sido su percepción. El sistema de justicia en México con la noticia ha vuelto a quedar desnudo. En Francia la noticia ha causado revuelo y el presidente Nicolas Sarkozy ha tratado de ser prudente, pues está en un proceso electoral donde la ultraderecha toma sana ventaja al actual mandatario. Si alguien está conforme con todo lo que ha pasado en este caso, sería bueno que levantara la voz, pues todo ha mostrado que la justicia en México puede causar injusticia.
El caso de la mujer francesa no narra la caída en una “grieta del sistema”, sino muestra lo que habita en en el fondo del sistema judicial mexicano y en aquellos que están para velar la paz en la que deben vivir los ciudadanos. En otras palabras, el “Caso Cassez” muestra la necesidad de legitimarse ante la sociedad mexicana del sistema judicial y de las policías mexicanas violando las leyes para evitar acusaciones de corrupción y complicidad con los grupos del crimen organizado. Por supuesto, no se debe olvidar que muchas bandas delincuenciales surgen desde los cuerpos policiacos.
Los cambios en la sociedad mexicana han sido más rápidos que en los sistemas del aparato administrativo, como es el de justicia. Aunque sociedad y sistemas comparten bases y prácticas del sistema autoritario, como es la corrupción. A pesar de los males del pasado, las demandas del presente exigen cambios en clave democrática a nuestros sistemas. Precisamente la falta de soluciones a las demandas de los ciudadanos ha provocado que los “nuevos” burócratas y funcionarios públicos experimenten con el pragmatismo hasta violar toda reglamentación que permita incrementar sus bonos ante la ciudadanía.
El caso Cassez es un ejemplo de ese pragmatismo que toca la corrupción y la violación de las leyes. El ministro Zaldívar demuestra la cuestión de violar las leyes para ganar legitimidad y al mismo tiempo incrementar los niveles de injusticia para aparentar justicia.
Los medios de comunicación han servido de buena manera al caldo de cultivo que busca justicia en el espectáculo más que en los tribunales. Por una parte, las policías y las procuradurías salen triunfantes en las pantallas y legitiman su trabajo. Por el otro, los medios de comunicación se llevan la exclusiva por segundos de anticipación, acaparan publicidad, incrementan ventas y salen triunfantes como las vigías del trabajo de las autoridades, reconocen que las cosas cambian porque han presionado, se instauran como la voz de la ciudadanía, son jueces.
Cassez desnudó el montaje. Zaldívar encontró las pruebas y ha puesto las cosas en su lugar ante críticas que se basan en el remordimiento moral hacia la falta de justicia a las víctimas, que ahora están peor que antes: nadie paga por los crímenes en su contra. El nacionalismo exacerbado sale a relucir, la aberración al otro, al extraño, al extranjero florece en diverso grupos de mexicanos que quieren a la “francesita” en la cárcel, a pesar de que las autoridades mexicanas faltaron a las leyes y la televisión (Televisa y Tv Azteca) cómplice. Para los críticos de Zaldívar y Cassez estas violaciones no importan, son menores: corrupción blanca que no afecta nada ni a nadie, lo importante es que la “francesita” pague. Burda defensa del encarcelamiento de la extranjera, no por ser culpable, y burda crítica al ministro Zaldívar, quien no ha dicho que Cassez es inocente, cuestión que la presunta secuestradora tampoco ha demostrado, los dos han demostrado que las policías, los gobiernos y las televisoras se burlan de la justicia:
Esta Primera Sala no censura que la prensa informe sobre los acontecimientos que resultan de interés nacional, como la lucha contra la delincuencia. Censura que las autoridades encargadas de una detención deformen conscientemente la realidad con el fin de crear un filtro de esta realidad a fin de exponer a una persona frente a la sociedad y, principalmente, frente a las futuras partes del proceso, como los culpables del hecho delictivo. (Proyecto de sentencia del Ministro Arturo Zaldívar. Página: 133)
La investigación periodística que realizó Héctor de Mauleon “Florence Cassez: La verdad secuestada” (revista nexos) es una muestra de que la aplicación de justicia en México pasa por una serie de procedimientos donde se practica la injusticia. El sabor de boca que queda en el caso Cassez y de los secuestrados por “Los Zodiacos” es de incertidumbre, calentura ante las dudas y las violaciones sistemáticas a los derechos humanos de los acusados que pudieron llevar a la construcción de declaraciones falsas. Sabor de boca reforzado por los periodistas de las dos televisoras que buscan poner palabras en la acusada, que señalan sin pruebas que ella estaba ahí, que cuando llegaron empezó la operación. ¿se puede hacer un show mediático, montado, sin el conocimiento de los mandos superiores de Televisa y Tv Azteca? Si hay más injusticia en el caso, no es porque Cassez salga libre y las piezas de un secuestro se caigan y la víctima se siente sin justicia, sino porque hay injusticia en el caso porque las autoridades han permitido que la justicia no se aplique, al violar el “debido proceso” para atrapar a los culpables y refundirlos en nuestro “tristemente célebre” sistema penal.
¿Quienes han violado la justicia en este caso y han evitado justicia? Para Zaldívar la autoridad y las televisoras, pero para ellos no ha existido crítica, ni se alza la voz para pedir su detención y encarcelación por generar más injusticia: a los secuestrados y a los presuntos secuestradores, específicamente Cassez.
En consecuencia, no es que dichas pruebas resulten insuficientes para condenar a la quejosa, lo que supondría una contravención a la presunción de inocencia en su vertiente de regla de juicio o estándar de prueba. La violación tiene lugar en dos momentos anteriores a la valoración de las pruebas: por un lado, cuando la autoridad actúa violentando los principios constitucionales que rigen su actuación, dando lugar con su comportamiento a la existencia de circunstancias sugestivas que afectan la fiabilidad de las pruebas, especialmente de las identificaciones, que generan un efecto corruptor en el material probatorio; y posteriormente, cuando se utiliza como prueba de cargo testimonios viciados por ese efecto corruptor. (Proyecto de sentencia del Ministro Arturo Zaldívar. Página: 140)
La corrupción ha sido el motor que ha movido la excarcelación de Cassez, no su inocencia. La corrupción de las autoridades que se atrevieron a faltar a la ley para obtener beneficios personales, no solo ganar legitimidad ante los mandos superiores y la sociedad civil, como puede ser el caso de Genaro García Luna, sino para las corporaciones policiacas que están infestadas de grupos del crimen organizado.
El paroxismo de las telenovelas es el noticiero, la revista informativa de Televisa y Tv Azteca que se presta a la escenificación, seguros de que los culpables son unos y los inocentes son otros, buenos y malos, villanos y víctimas. Violencia con realidad, heroísmo, victimismo y justicia escenificadas como si se tratara de una novela, decisiones que parecen no hacer daño a nadie. Falso, el daño está hecho. A las autoridades les bastó con hacer justicia en Primero Noticias (en la tele) y no en el sistema judicial. La consecuencia es más injusticia y mostrar que se aborrecen los procedimientos que existen en la justicia mexicana, que a las autoridades mexicanas esa no importa porque no da legitimidad cuando más se necesita, cuando en la encuesta nadie sube y todos bajan, cuando el “empleo” ya no el “servir a la ciudadanía” está en riesgo. En el caso Cassez y de los secuestrados no hay justicia, solo escenificación:
Asimismo, no podemos pasar por alto el hecho de que, una vez comprobado que dicha realidad no fue más que una escenificación, la información contenida en el parte informativo tuvo que adaptarse a lo que en verdad ocurrió. Esto explica que los propios agentes involucrados hayan modificado su versión de los hechos en la aclaración de su parte informativo. (Proyecto de sentencia del Ministro Arturo Zaldívar. Página: 141)
En conclusión, el ministro Zaldívar no discute la inocencia o señala la inocencia de Cassez sino las irregularidads y violaciones al “debido proceso”, o sea, la violación de la ley. Cassez ganó en este sentido, debe ser libre, no porque sea inocente, sino porque la justicia mexicana faltó a la justicia, a su propia justicia.
Las autoridades prefieren juzgar en los medios de comunicación. Las televisoras legitiman este actuar y se prestan a la escenificación.
Los argumentos que pretenden dejar a Cassez en la cárcel se basan en que debe haber un culpable, aunque se haya violado el debido proceso. O sea, se acepta la corrupción blanca, que se define porque la sociedad y la clase política consideran que no hace daño a nadie, para hacer justicia.
Por todo lo anterior, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera que el efecto corruptor imbuyó en todo el proceso penal, sobre todo en el material probatorio incriminatorio, el cual es la base de todo proceso penal y que en este caso se tradujo, esencialmente, en el testimonio de personas que fueron parte de la escenificación ajena a la realidad y que pudieron verse influenciadas por aquélla. (Proyecto de sentencia del Ministro Arturo Zaldívar. Página: 143)
Hace una semanas el Juez Español Baltazar Garzón perdió un juicio por violar el debido proceso, eso señalaron los ministros españoles. Baltazar Garzón fue uno de los jueces que más promovió los juicios en contra de aquellos que violaron sistemáticamente los derechos humanos, dio justicia, aunque sea por un momento, a los miles de chilenos que fueron perseguidos o perdieron seres queridos cuando encarceló a Augusto Pinochet. Garzón señaló que había perdido el caso en el que se le acusaba de violar las leyes españolas para aplicar justicia, regresó a Kant para hablar de su conciencia y que estaba tranquilo, pero demostró lo complicado de hacer justicia en democracia: siempre debe hacerse respetando las leyes, no hacerlo nos convierte en lo que queremos combatir. No podemos aplicar la ley violando la ley, no podemos pedir respeto a los derechos humanos violando los derechos humanos, no podemos pedir libertad violando la libertad.
Si Cassez es culpable de secuestro la falta de respeto al debido proceso por parte de las autoridades mexicanas ha llevado a que sea su conciencia quien la juzgue, no más. Cuestión que no debe suceder, pero debido a la escenificación ha pasado. En otras palabras, si hay culpables de que no haya justicia en el caso de los secuestrados por “Los Zodiacos” esas son las autoridades mexicanas, las policías, los mandos superiores y Televisa, exclusiva en la escenificación, ellos no están tras las rejas, ni se sabe qué sucederá con ellos, los otros victimarios de la justicia.