Es uno de los delitos a la alza en el país. Oaxaca no es ajeno a esa tendencia, solo del 2013 a septiembre 2014, los secuestros han tenido un incremento de 24.3%, según la organización Alto al Secuestro.
El primer debate de estas elecciones es un reto para el INE como para los candidatos.
La semana fue del Bronco, el INE, el TRIFE y ese recuerdo que con corrupción se puede avanzar en este país y no pasa nada. La ley existe para violarla.
Este puede ser el proceso electoral más complejo que haya vivido un instituto electoral en México por la cantidad de cargos a elegir. No solo se eligen cargos federales sino cientos de procesos a nivel estatal y local.
¿Es Gabino Cué el peor gobernador de Oaxaca? ¿ya nadie aprueba su gobierno? ¿estábamos mejor con el PRI?
Las encuestas son fotografías del momento, o sea, captan el estado de la opinión que cierta población sobre determinado tema en un momento específico tiene. Dependiendo del contexto, se externará una opinión. Ya he referido en otros textos, siguiendo a Sartori, que a la democracia le basta y sobra con la opinión, siempre y cuando esta pueda ser medible y logre incidir en las decisiones políticas, o sea, se transforme en votos.
Las encuestas han servido para frenar a los líderes de opinión que comúnmente tienden a generalizar e intentan hacer que su punto de vista sea tomado como único, algo que funciona en los sistemas autoritarios y totalitarios. En Oaxaca, se heredó del régimen autoritario priista, al igual que en México, las declaraciones espectaculares y totalizantes, drámaticas: “es el peor gobernador que hemos tenido”, “su gobierno no tiene rumbo, nadie aprueba sus propuestas”, “el pueblo está conmigo, lo demás son mentiras para descalificarme”. No sé cuántos incrédulos existan todavía que crean estas declaraciones totémicas, lo cierto es que muchas veces logran ser efectivas para crear un cierto estado de ánimo en la sociedad en un determinado momento.
Oaxaca ha estado en una vorágine de violencia, queja y martirio desde el 2006. Los políticos profesionales y los actores políticos han tendido a exagerar sus declaraciones cada que sucede un evento que altera la vida de los oaxaqueños, aunque honestamente deberían preguntarse los habitantes de ese estado ¿qué es un día normal, con bloqueos o sin bloqueos?
En este sentido, ahora que Gabino Cué va y viene como el peor gobernado de Oaxaca, vale la pena revisar las encuestas y ver que al menos uno de cada dos oaxaqueños aprueba su gobierno. La encuesta de Consulta Mitofsky de “Julio 2014” muestra que el 49.5% está de acuerdo en cómo gobierna. Es cierto, si se compara con “Octubre 2013” el gobernador ha perdido casi 5 puntos porcentuales, algo que es normal en el tiempo en el gobierno, si este no logra trastocar los problemas que afectan a una sociedad, se desgasta.
Gabino Cué mantiene la tendencia del gobernador anterior de Oaxaca, Ulises Ruiz, al estar por debajo de la media en el promedio nacional de aprobación, 52.7%, apenas tres puntos abajo. En este sentido, hasta cabe en el margen de error de la encuesta. Para consuelo de él, no le va tan mal, a pesar de ser presa de la Sección XXII del SNTE. O sea, una cosa es lo que exageran sus opositores y otra la que percibe la opinión pública.
Comparado con su antecesor, Gabino Cué tiene menos desgaste ante la opinión pública. La imagen positiva de Ulises Ruiz o de aprobación era de 38%, según una encuesta de Gea-ISA de “Octubre-Noviembre 2006”. En esa misma encuesta preguntaron por el antecesor de este gobernador, José Murat, y tenía 30% de imagen positiva y 46% de negativa, el resto del porcentaje está repartido en “indiferente” y “no ha oído”.
En otras palabras, es más el ruido que han generado “líderes de opinión” en Oaxaca de la imagen de Cué, tratando de ganar fama, puntos ante sus lectores o políticos buscando posicionarse, que la imagen que el oaxaqueño tiene de él.
Exagerar los hechos, vivir de argumentos que no pueden ser verificados es también una forma de mentir a la sociedad, o sea, no contribuir a los valores democráticos que necesita una sociedad. No se trata de la defensa del personaje, sino de ser honesto a la hora de criticar o intentar evaluar a un personaje público.
Los peores calificados de Oaxaca en materia de gobierno son los presidente municipales: el 37.5% está de acuerdo en su aprobación y el 41% en desacuerdo.
La lógica de protesta y presión de la Sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) es efectiva para influir en el poder, a diferencia de sus opositores, que intentan confrontarse con ella y evitar enfrentarse al gobierno de Oaxaca. El escenario se configura como si se tratara de culpables e inocentes que ven al gobierno como un mediador no como un cuerpo que debe hacer que se respete la ley.