Oaxaca y el 2012 (parte 1)

OAXACA, México.- ¿Qué significa Oaxaca en el proceso electoral del 2012? ¿Qué puede pasar en las elecciones del 2012 en Oaxaca? ¿Son las elecciones federales la oportunidad para que los oaxaqueños califiquen el gobierno de Gabino Cué? ¿Qué va a pasar con la coalición que gobierna Oaxaca?

Pensar en las preguntas que he planteado cuando faltan todavía 11 meses y muchas cosas por suceder rumbo al cambio de presidente del país puede parecer muy adelantado, pero no lo es ¿Por qué? Porque el ritmo de la política nacional afecta a lo local, cuestión que nos permite observar que las relaciones políticas no siempre son 100% horizontales y sí que tienen inclinaciones a favor del que cuenta con más poder, también cuando un sistema político está por encima de otro.

Si se piensa en la política nacional, es probable que la agenda nacional incluya al proceso electoral del 2012, pero el tema todavía no es el número uno y sí hay muchos que destacan por su importancia, prioridad y atención que los medios de comunicación le están brindando. En el caso de la sociedad mexicana la sucesión presidencial ya está presente, pero tampoco es el tema número uno que preocupa a la colectividad.

A pesar de los temas que dominan la agenda, la sucesión presidencial se ha convertido en el factor que incide en ella desde los diversos grupos políticos que comienzan a planear sus actuaciones sobre los temas que hoy preocupan a la sociedad civil con miras hacia el 2012. O sea, no se está actuando de “buena voluntad” para tratar de resolver los pendientes que vive México desde que un partido distinto al PRI gobierna.

La agenda nacional se ha vuelto uno de los factores más importantes para resolver el proceso electoral del 2012. Esto se debe a que el 2006 y las últimas elecciones estatales han mostrado que los electores siguen ausentes de las urnas no por eventos netamente particulares de cada proceso electoral, sino por causas claras que han configurado el malestar que se vive con la clase política y los partidos que se dicen democráticos. Por otra parte, la parálisis legislativa ha provocado que muchos problemas que México vivía desde finales del siglo XX se hayan agravado. Si ha esto le sumamos la violencia que invade cada día nuevos sectores del territorio nacional, estamos en un escenarios donde el hartazgo a la situación ha provocado no la pasividad de los mexicanos, sino el surgimiento de grupos organizados que exigen soluciones claras a la clase gobernante. Por ello, es que no sólo se debe de pensar en los posibles candidatos o el voto duro de los partidos, sino en el cómo reaccionará la población ante la posición que tomen los políticos en los temas que de la agenda nacional exigen una inmediata atención y solución en el fondo y no solo en la forma.

Pensar en estos momentos que el voto duro llevará al triunfo a algún partido político es creer que la situación de aquí al 2012 se mantendrá sin ningún sobresalto que amerite a las personas no movilizarse o comenzar a realizar algún activismo político que termine incidiendo en la capa amplia de “posibles votantes” en la elección presidencial.

Así como la política nacional incide en lo local, también lo “local” es un factor que influye en la votación del 2012, pero sólo lo hace en lo “local”. Por ejemplo, la forma en que se realiza política en Oaxaca se combinará con la influencia nacional, pero lo “oaxaqueño” no influirá en los votantes de Monterrey u otro estado.

El contexto que vive cada Estado cuenta para ese Estado; la combinación que tenga con lo nacional y el desarrollo del proceso terminarán por generar el significado que tiene para lo local.

¿Qué significa el 2012 para Oaxaca?

Oaxaca, Puebla y Sinaloa se convirtieron con la alternancia en el poder estatal del 2010 en símbolos del avance de la democracia en el país.

El el caso específico de Oaxaca, el estilo personal del gobernante que terminó derrotado en las urnas con el Partido – Estado, más la forma en que se operó en dicha elección, configuran lo que se puede llamar el “clásico estilo del autoritarismo mexicano”. Donde se observa un carisma muy marcado del gobernante y este configura la frase: el Estado soy yo.

A nivel país, Oaxaca es el ejemplo de que las coaliciones funcionan cuando logran recabar las demandas de la ciudadanía y les dan cause, pero también es ejemplo de lo complicado que es gobernar en coalición por los intereses de grupo que no permiten tener una agenda común de gobierno.

¿Qué puede pasar en el gobierno de Oaxaca por el 2012?

Primero, que diversos grupos que pertenecen a los partidos políticos que gobiernan en Oaxaca terminen en pugna y esto imposibilite una buena relación entre las dependencias que tienen a su cargo en la actual administración.

El primer ejemplo de estas pugnas ya se pueden observar en Oaxaca por el cambio de nombre del partido Convergencia, el cual tiene como fondo el posicionamiento de una corriente al interior del partido naranja que impulsa como candidato de la izquierda a Andrés Manuel Lopez Obrador. Las riñas comenzaron entre los convergentes oaxaqueños y en Twitter se observa que diversos políticos en cargos públicos han estado haciendo política y distanciándose.

Los políticos a su favor pueden argumentar que una cosa es la política partidista y otra su función pública donde cumplirán cabalmente, quisiera pensar que dichas palabras pueden ser ciertas, pero los hechos demuestran que en México lo que menos existe es madurez en los políticos.

En esta primer caso, se puede concluir que una disputa al interior de la izquierda trae consigo mayores problemas de operatividad al gobierno de Oaxaca.

El PRI vive un caso similar al que puede vivir Gabino Cué en el año 2012. Su presente en Oaxaca es la división interna a causa del 2010 y que al interior de este partido no se han logrado poner de acuerdo hacia el 2012, como cualquier político inmaduro, están a la espera de que “papá” venga a poner orden.

El riesgo para el gobierno de Gabino Cué, y con ello de Oaxaca, es que el grupo “no colaborativo” con el actual Gobierno de Oaxaca termine imponiéndose y la relación de co-gobierno llegue a su fin. Las consecuencias se podrían ver reflejadas en la falta de mayoría en el poder legislativo de Oaxaca y de intermediación con las organizaciones sociales que el tricolor controla.

El Partido Acción Nacional (PAN) no representa un peligro para el gobierno de Gabino Cué, pues su nivel de institucionalización permite que exista competencia partidista con métodos y reglas claras. Por supuesto, tal institucionalización no ha impedido que sus candidatos hagan diversas prácticas de compra de votos. No es un riesgo porque sólo hay un partido de derecha y en lo público el gobernador de Oaxaca ha mostrado sus simpatías con la izquierda.

En el caso de Gabino Cué, el 2012 representa para él una toma de decisión que siempre tendrá una consecuencia negativa, pues se puede dar un escenario en donde existan dos candidatos de la izquierda, o sea, que Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard aparezcan en la boleta electoral. Mientras este escenario no se dé, su toma de decisión queda postergada.

El escenario del 2012 para Oaxaca es muy distinto que en el 2006, lo es porque ahora todos los partidos políticos viven disputas internas para elegir candidatos y además, porque todos tienen posibilidades de ganar. Hay que agregar que los partidos de izquierda y derecha en Oaxaca viven mayor competencia y conflicto al interior que el PRI, el cual sólo basa sus decisiones en el conocido “dedazo”.

En conclusión, el 2012 para Oaxaca significa su primera competencia intra e interpartidista en una elección que puede poner en riesgo la coalición de gobierno que ahora está enfrente del poder ejecutivo y legislativo. Salir bien librados, como gobierno, es el gran reto que tiene que enfrentar Gabino Cué.

Continuará…

Nota: Publicado en el suplemento político Ágora el 9 de agosto 2011

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