Josefina Vázquez Mota ha salido bien librada de su Alma Mater, la Universidad Iberoamericana, protagonista en este proceso electoral porque sus alumnos han sido críticos con los candidatos a la Presidencia de México.
La panista y su equipo de campaña pueden considerar un triunfo, una victoria en el mar de derrotas que han traído las encuestas en estos últimos días para ella, porque no fue tratada como Enrique Peña Nieto, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de México.
Sí, la derrota en la Ibero se mide con Peña Nieto, si te tratan como él, te persiguen hasta la puerta y tu equipo de campaña y partido político sale a decir que fueron intolerantes contigo, entonces has perdido ante el público universitario.
Por varios procesos electorales, los candidatos que aspiran a ser Presidente de México han evitado visitar la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la cual ha perdido protagonismo en los últimos años por su cercanía y activismo a favor de Andrés Manuel López Obrador. Se considera que la UNAM es un nicho de votantes de izquierda. Así como hay especulaciones sobre la UNAM, los analistas políticos deben reconocer que la Ibero fue una grata sorpresa para la democracia.
Ni AMLO se ha ido de la Ibero sin recibir alguna crítica, por supuesto no recibió el trato de EPN. Se puede decir que hay patrones de conducta favorable, con crítica incluida, para los candidatos de la derecha e izquierda partidistas por parte de los alumnos de la Ibero, pero un patrón que refleja el fondo del rechazo a Peña Nieto: el autoritarismo.
A Josefina Vázquez Mota reclamaron lo que se tiene que reclamar en 12 años de presidencias de Acción Nacional (PAN): más de 60 mil muertos en la guerra contra el narcotráfico que comenzó Felipe Calderón Hinojosa, los niños muertos de la Guardería ABC y la exigencia para que en su campaña no estén los involucrados -y culpables- de las muertes.
A diferencia de Peña Nieto, Vázquez Mota tuvo largas respuestas, articuladas, reconoció las diferencias sin entercarse y soltar respuestas provocadoras para los jóvenes, como lo hizo el priista cuando señaló que volvería a tomar la misma decisión si tuviera que enfrentar el caso Atenco.
Ella no habló de Estado de Derecho, cuestión interesante en su discurso cuando reconoce que las instituciones mexicanas están superadas por los grupos de interés, presión y fácticos.
Vázquez Mota entró con más dudas que certezas a la Ibero, pero conforme fue pasando el tiempo de su exposición y las preguntas del público universitario fue creciendo. No se atormentó ante las críticas y las pancartas, no tenía otra que aceptarlas. En otras palabras, reconoció que han cometido errores, pero quiso separarse y diferenciarse de los dos anteriores gobierno del PAN. Este es un pendiente de Vázquez Mota, hasta el momento no ha dejad0 claro por qué es diferente.
Si hay un momento en que la panista logró ganar el aplauso de los jóvenes fue el “adiós a Elba”, refiriéndose a la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) con la cual mantiene una disputa de declaraciones desde inicios de la campaña.
El peor momento de Vázquez Mota fue el reclamo justo de los jóvenes universitarios sobre los muertos de la Guardería ABC, pero hubo una respuesta clara: Juan Molinar Horcasistas, se va de la campaña. Aunque le escenario ideal es que la justicia lo juzgue.
Si hay un momento inesperado, donde el ejemplo de la vida privada sirve para reforzar un argumento público, es aquel donde toca el tema del aborto y cuenta su propia vivencia en el tema. Vázquez Mota ha sido clara en el tema, ella no es una conservadora que niegue la libertad individual, por supuesto tampoco promueve el aborto como un tema que debe tratarse en el vida pública de México, sino que se opone a la penalización del aborto, o sea, que las mujeres sean encarceladas. En este renglón, Vázquez Mota es la más clara de los tres candidatos con posibilidades reales de ganar, el más oscuro es Enrique Peña Nieto. Vale señalar que ni López Obrador y Vázquez Mota están a favor de la criminalización.
La visita de Vázquez Mota sirvió para ver que su propuesta de gobierno es de centro derecha. Si se compara con la de Peña Nieto, se puede decir que la panista tiene un programa de gobierno que se basa en principios democráticos claros y el del priista en el simple pragmatismo político cortoplacistas. En el caso de AMLO, su programa está en la izquierda latinoamericana, pero no en aquella que quiere cancelar la democracia. Por supuesto, ni Vázquez Mota ni López Obrador garantizan que la democracia mexicana siga en riesgo y surjan nuevas patologías.
Josefina Vázquez Mota ha superado con su actuación en la Ibero a la que tuvo en Foro CNN. El problema con ella es su inconsistencia, así como sube, baja.
Si algo deja su visita en la Ibero, es la posibilidad de observar que el voto de los jóvenes de esa Universidad se divide entre izquierda y derecha partidista, ahí el PRI es minoría. Sobre todo, la Ibero ha demostrado que apoyar o votar por un político no cancela la posibilidad de criticarlo.
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