Al menos tres candidatos a la presidencia del municipio de la ciudad de Oaxaca tienen posibilidades reales de ganar, pero ¿por qué los partidos políticos eligieron a políticos conocidos por características como pasado autoritario, bajo perfil, transfuguismo y populismo?
Los partidos políticos, primero piensan en cuántos votos necesitan conseguir para ganar un puesto de elección popular en el contexto que la coyuntura – el momento- ofrece. Si la coyuntura está dentro del margen que han ofrecido elecciones pasadas, las estadísticas permiten tener un promedio de voto. En el caso de Oaxaca, las elecciones intermedias -no se elige Gobernador- muestran congruencia estadística, o sea, un patrón de cuántos votantes asisten a la urna y no anulan su voto.
En las elecciones intermedias el votante se aleja de las urnas, las elecciones intermedias del 2007 registraron un abstencionismo de 57.23%. En este caso, los partidos políticos solo cuentan con el voto duro y el reducido número de independientes que no define una elección. El enemigo a vencer es el partido que controla el voto duro, el PRI -en 2007 obtuvo 34,412 votos.
Después de la alternancia del 2000 a nivel federal, las elecciones intermedias que se han celebrado en Oaxaca han contado con la participación de alianzas y coaliciones electorales que tienen como objetivo no dividir el voto, o sea, la suma de su voto duro para competir más la reducción de la opciones en la boleta electoral que limita la indefinición del voto independiente.
Los partidos políticos han elegido a los candidatos a la presidencia municipal de Oaxaca bajo el escenario histórico de pocos votantes, donde se necesita al voto duro y la unidad del partido. En este sentido, el candidato importa poco, solo debe cumplir con un bajo perfil que evite divisiones al interior del partido.
Javier Villacaña Jiménez es el candidato del partido PRI – PVEM porque se dio prioridad a la unidad de los grupos del partido. Es un viejo político autoritario que ha pasado “de puesto en puesto” sin destacar. Su elección se debe a la estabilidad que permite entre los diversos grupos, o sea, la teoría del péndulo que señala que si aun grupo político ha tocado en elecciones pasadas definir al candidato, las elecciones venideras son del grupo que está en el otro extremo. Así, la repartición de puestos de poder se convierte en la balanza que garantiza la unidad para que el voto duro se refleje en las urnas, o sea, nadie hace campaña de “manos caídas” porque todos tienen por qué jugar.
PAN-PRD – PT. El candidato fue elegido por el PAN y mantuvo la lógica del voto duro, pues al ir en alianza espera que el PRD sume sus votos, con un candidato de bajo perfil que posibilita que los votantes de izquierda voten por él, ya que su imagen no polariza. Francisco Reyes -el candidato-, no es un político conocido en la competencia electoral, pero sí al interior de la administración pública y clase empresarial oaxaqueña, posiblemente el que mejor preparación académica muestra de los competidores. Su mayor fortaleza es haber sido el director General de Desarrollo Social en esta administración municipal, lo cual permite a esta coalición el acceso a las listas de beneficiarios que en cualquier elección garantizan clientela política. Combinando el voto duro con la clientela del municipio, se intenta tener más votos que el PRI. El antecedente inmediato en elecciones intermedias -2007- señala que entre los dos partidos obtuvieron 20, 716 votos.
MC. El Movimiento Ciudadano -antes Convergencia- terminó por convertirse en el Partido Verde Ecologista de México del proceso de transición política de Oaxaca, al romper la alianza de partidos políticos que llevó a Gabino Cué a la gubernatura. Al participar solos en estas elecciones intermedias intentan consolidarse como una fuerza política de peso en el Estado y desligarse del desencanto del gobierno estatal actual. Tampoco importa mucho el candidato, Raúl Bolaños Cacho, pues en el 2007 este partido político logró 30,381 votos. En efecto, MC es la segunda fuerza política de la ciudad de Oaxaca.
A los partidos políticos no preocupan las demandas ciudadanas ni el hartazgo que se tiene de los políticos que han estado en los puestos de poder, sea por elección popular o administrativos, solo interesa garantizar que los grupos al interior trabajen de manera conjunta para intentar ganar con el voto duro esta elección.
En un primer momento se puede pensar que la competencia es entre tres candidatos, pero si se toma en cuenta el último referente electoral intermedio, la lucha es entre dos candidatos, Villacaña y Bolaños Cacho, ya que la diferencia de votos apenas supera los 4 mil. No importan los candidatos, sí el voto duro.
Sobre el PANAL y Hugo Jarquín
La sorpresa de este proceso electoral, por la fractura de votos que puede generar al interior de la izquierda perredista y petista, es Hugo Jarquín.
Caracterizado por su discurso popular, apegado a realizar campaña a la antigua y controlando el voto de sectores ambulantes y marginados de la ciudad de Oaxaca, su campaña se basa en la entrega y promesa de objetos materiales que le permitieron crecer su poder político en los últimos años.
El mejor ejemplo en Oaxaca de que no hay enemigo pequeño, no es Enrique Peña Nieto, sino Hugo Jarquín. Durante 2012, se enfrento a la imagen empresarial de la izquierda y el gobierno de Gabino Cué, fue ante los tribunales y salió vencedor. Entendió que la política es básica, sin esta comprensión lo complejo se vuelve ridículo y un discurso mercadológico vació. En otras palabras, sabe que las elecciones en Oaxaca se ganan con voto duro y administración clientelar. clientela. Realismo político y eficacia política. A él no importa la democracia, ni el autoritarismo, solo busca poder, ni siquiera ha tenido un programa de gobierno, se basa en el gasto de recursos para resolver lo material y punto.
Su participación permite que un escenario emergente entre los tres principales competidores se modifique si logra robar votos a alguno de los partidos. Es complicado que logre obtener el triunfo electoral, pero un tercer lugar, catapultaría al Partido Unidad Popular (PUP) como fuerza relevante en la ciudad de Oaxaca y a Hugo Jarquín como un político de peso político para los años venideros.
Guste o no, es una combinación extraña entre López Obrador y el estilo priista de “ranchero a diputado”.
En el caso del Partido Nueva Alianza se podrá medir su voto duro y con ello, saber si debe ser contemplado en los acuerdo políticos. No aspira a más, la Sección 59 del SNTE no da para más.
Si es importante observar que es el único partido político que mostró nuevas alianzas y el incremento en su red de grupos de interés. El PANAL es el único partido que lleva a un empresario como candidato, Melitón Lavariega, líder de la Cámara Nacional del Pequeño Comercio y Servicios Turísticos (CANACOPE). Ni campaña para atraer a un partido político hizo Lavariega, pero comprendió la lógica del PANAL.
Los primeros derrotados de estas elecciones son los empresarios, durante varios meses invirtieron en publicidad, posicionaron su “marca” y terminaron derrotados en los partidos políticos por los que pretendían aspirar. Para colmo, su “marca” e imagen se sigue desgastando. Los empresarios no han entendido el juego político-electoral de esta época en Oaxaca.
Nota: Una versión de este artículo se publicó en la revista Mujeres de Julio, la parte «Sobre el PANAL y Hugo Jarquín» se anexó el 05 de junio de 2013.
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