El periódico Reforma, Milenio y Excelsior anotan en sus análisis políticos y periodísticos que Josefina Vázquez Mota ganó el Segundo Debate a la Presidencia de México. Después se encuentra Gabriel Quadri, como anoté el día de ayer.
Al lado de la incertidumbre que ha creado la estrategia de Andrés Manuel López Obrador por su falta de crítica en este segundo debate, Vázquez Mota ha dejado en claro que en los últimos días de campaña buscará reducir la ventaja que tiene Enrique Peña Nieto sobre ella y esperar que el repunte le permita generar una atracción de votos del sector indeciso.
Aunque las últimas encuestas señalan que Andrés Manuel López Obrador está en segundo lugar, la diferencia que tiene sobre Vázquez Mota es mínima. Su actuación en el debate permitirá que el segundo lugar vuelva a tener un empate técnico.
El empate técnico y el ritmo de caída que tenga Peña Nieto permitirá que la elección se mantenga con tres competidores, no con dos como ha buscado López Obrador con momentos de éxito, pero sin lograr consolidarse como el único segundo lugar.
Es cierto que el futuro de Vázquez Mota es incierto en estos últimos días de campaña, ya que apesar de su desempeño en el debate, falta saber si su equipo de campaña estará a la altura del cierre. Los errores y la falta de apoyo a la candidata por parte del Partido Acción Nacional y la falta de acertividad de su equipo de colaboradores la tienen en una posición que nadie esperaba.
Al inicio de la campaña electoral, Vázquez Mota estuvo a 7 puntos porcentuales de Peña Nieto, la encuesta de Mercai 2.0 la puso en cuatro, fue su mejor momento hasta el segundo debate, pero en todo este largo periodo de tiempo entre el inicio y el fin de la campaña, los errores y pérdida de puntos han estado a la orden del día.
A pesar de sus errores, el escenario en el cual llegó al debate se convirtió en el menos malo que tenía. Primero, porque en su campaña no estaba planeado llegar al debate para buscar alcanzar al segundo lugar, ya que al inicio de la contienda estaba en el segundo puesto. En ese sentido, su búsqueda para el segundo debate estaba pensada en cerrar la contienda con el primero. Segundo, ser el tercer lugar la obligaba a criticar al resto de candidatos, pero nadie esperaba que López Obrador saliera tan “amoroso”, como bien dijo Vázquez Mota al describir a los candidatos como mujeres. Tercero, Enrique Peña Nieto salió con la estrategia conservadora de cualquier primer lugar de las encuestas: aguantar los golpes y esperar que no lo tumben para seguir adelante con una ventaja suficiente hasta el día de la elección.
Ante el contexto en el que se desarrolló el debate, Vázquez Mota tuvo casi todo a su favor, solo la producción falló para todos los candidatos.
La mayoría de los candidatos a cualquier cargo de elección popular estarían contentos por ganar un debate, Josefina Vázquez Mota es la excepción. La panista no puede festejar este triunfo, pues el tiempo que resta a las campañas solo le alcanza para decir que el debate fue su última oportunidad para seguir viva electoralmente.
Lo increible, es que Josefina Vázquez Mota no tuvo que hacer algo fuera de lo normal o extraodinario para ganar el debate, solo hizo lo que todo político debe hacer en un evento de este tipo: proponer, criticar y debatir las ideas.
Si llegara a ganar las elecciones, se dirá que en el debate comenzó la remontada. Esperemos las encuestas de esta semana.
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