Héctor Pablo Ramírez nunca abrió; Enrique Peña Nieto nunca debatió. Foto by: @chanssoto

Sí, la Ibero logró organizar las opiniones que no consideran positivo el regresó del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de México. Aunque los universitarios de la Ibero no son los únicos organizadores, el evento de Enrique Peña Nieto y la actitud de los priistas en la Universidad Iberoamericana logró demostrar que representan el pasado autoritario.

En México el tema de Enrique Peña Nieto y el PRI como representantes del autoritarismo lleva más de una semana. Medios de Comunicación, redes sociales y los espacios públicos donde convive el ciudadano mexicano han sido invadidos por una discusión que no tiene que ver con las campañas políticas y sus estrategias, sino con la memoria y la cultura política de los mexicanos.

En efecto, ninguna estrategia de mercadotecnia política resulta 100% eficiente cuando se intente mostrar una imagen que disiente de la personalidad del candidato y del instituto político. Los cambios políticos se sienten en los hechos, con la comodidad de las personas al saber que sus libertades están garantizadas, no más.

No confundamos la obra pública con los hechos que favorecen a la democracia. Los gobiernos autoritarios pueden hacer obra pública, incrementar el poder económico, pero a cambio limitan las libertades. Ningún modelo autoritario ha contradicho esta afirmación. Cuando los gobiernos autoritarios tienen crisis de legitimidad, no logran cumplir con la infraestructura y el poder económico cae, las libertades se vuelven a reducir, comienzan las persecuciones contra aquellos que denuncia el mal trabajo, el discurso oficial anuncia un complot y la descalificación de la opinión.

La #MarchaYoSoy132 y #MarchaAntiEPN son precisamente muestra clara que importa la democracia y la libertad, cuestiones intangibles que un político no puede conseguir haciendo obra pública o incrementando el poder adquisitivo de los ciudadanos, súbditos para él. La democracia y la libertad otorgan todo y nada a la vez. Otorgan la posibilidad de una forma de vida donde cada uno pueda hacer lo que quiera sin agredir la vida de los terceros. Nada a la vez, porque la libertad y la democracia son la posibilidad de hacer, no de recibir, o sea, el ciudadano tiene la posibilidad de configurar su vida para hacer con ella lo que quiere, pero debe de construir desde él, el gobierno solo debe garantizar la posibilidad de hacerlo, el éxito o fracaso depende del hombre.

Bajo estas ideas la #MarchaYoSoy132 y #MarchaAntiEPN son defensoras de la democracia y la libertad en México, son un apunte en contra del autoritarismo mexicano y a favor de la memoria en México. No son una apuesta para defender un proyecto coyuntural de gobierno, o sea, no defiende la forma, sino el fondo. Cuestión que he apuntado en otro día del #DiarioDeCampaña, entender que podemos estar en desacuerdo con diversas opciones políticas, izquierda o derecha –para simplificar-, pero que se debe entender que la diversidad de opciones políticas solo existe en democracia.

En otras palabras, #MarchaYoSoy132 y #MarchaAntiEPN exigen la defensa y respeto de la democracia, van al fondo, buscan garantizar que la democracia como forma de gobierno y de vida sigan su proceso de instauración.

La #MarchaProAMLO no es en defensa de la democracia, sino un uso de la democracia para posicionar una opción política que solo puede existir en democracia. La marcha es legítima, pero se deben diferenciar sus objetivos y sus por qués.

Sin la democracia las opciones de izquierda y derecha partidista en México no podrían existir. Ellas coinciden en que solo por el tipo de régimen político podrían existir.

El problema de la actual campaña a la Presidencia de México, tiene dos aristas: la democracia mexicana y su instauración (1) y el desgaste de las opciones político partidistas que solo pueden existir en democracia (2). En el primer problema, la solución está en la democratización del sistema político que permita la participación activa, constante y amplia de los ciudadanos, o sea, hace falta una reforma política, solo un partido político no la garantiza: el PRI. El segundo problema, tiene que ver con la falta de democracia interna de los partidos de izquierda y derecha en México. Si actualmente el número de indecisos es amplio en la campaña mexicana se debe a que no hay una opción que convenza a los mexicanos que pretenden ir a votar, pero no encuentran opciones.

La #MarchaProAMLO busca convencer a los indecisos, si lo logrará está por verse. La #MarchaYoSoy132 y #MarchaAntiEPN intentan convencer a los mexicanos que la opción es vivir en democracia, el PRI no la garantiza y que cada uno puede decidir si votar por la izquierda o la derecha mexicana. Son distintos niveles, la #MarchaProAMLO no existiría en el país si no existieran quienes respaldaran la democracia.

El Partido Acción Nacional (PAN) no ha hecho ninguna marcha, no son sus modos ni métodos, la izquierda mexicana siempre ha estado acostumbrada al público y las manifestaciones masivas, busca la percepción. La derecha mexicana siempre busca los cuadros que convenzan a pequeños grupos, son estrategias de campaña.

La #MarchaYoSoy132 y #MarchaAntiEPN han puesto en el debate los pendientes de la democracia en México y los riesgo que corre actualmente, eso es lo que importa. Lo de #AMLO es solo estrategia de campaña, legítima en una democracia.