En política no hay algo que sea para siempre, el hombre, ciudadano en democracia, decide los cambios e impide lo estático, todo es dinámico y cambiante, inacabado.
Enrique Peña Nieto se ha convertido en el primer candidato a la Presidencia de México que no vive un día de plácemes en la ciudad de Oaxaca, antiguo territorio controlado por el PRI más duro del país. Peña Nieto pasó el peor día público de su campaña en el estado que representa los últimos avances de la transición política mexicana. En 2010, después de 80 años de gobierno, las urnas derrotan al Partido Revolucionario Institucional.
El priismo oaxaqueño esperaba reeditar las mejores épocas del PRI en este territorio: llenar plazas con cientos de acarreados que llegaronn de todos los Valles Centrales y comunidades más lejanas con el fin de arropar al nuevo líder. Todo esto pasó, pero el PRI no contó con la presencia de los opositores en pleno mitin de Peña Nieto. No quedó de otra a los priistas que tolerarlos, que aquí funciona como sinónimo de “aguantarlos”, y solo darles uno que otro puñetazo. EPN tuvo que acercarse al final de su acto a ellos, quitarles una pancarta y prometer que ningún crimen en Oaxaca quedará impune, el problema es que todos los crímenes políticos en este territorio son de priistas, no solo Ulises Ruiz Ortiz, sino de senadores, diputados y presidentes municipales que ahora andan en su campaña.
El día para @EPN no comenzó bien, todavía no llegaba, sus #ectivistas, equipo de redes sociales que contrata a jóvenes para que hablen bien de él en las redes sociales y que fabrican los bots, hacían el trabajo para posicionar su llegada a la ciudad de Oaxaca como Trending Topic. Nada como lanzar un tweet y no saber qué va a ocurrir.
La comunidad tuitera en Oaxaca no es amplia como en otras ciudades de México, se puede decir que no hay una conexión entre ellos y sí se encuentran en los grandes eventos que convocan los TT, pero la visita de @EPN sirvió para que se estrenarán en el proceso electoral con un #Hashtag polémico y que puso un alto al #ectivismo. La visita de Peña Nieto a Oaxaca, líder en las encuestas, comenzó en Twitter con #EPNOaxacaNoTeQuiere.
Cientos de recuerdos del último gobernador priista de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, saltaron a la red social que ha conmocionado cada que ha querido a la clase política mexicana. El oaxaqueño todavía tiene vigente el conflicto social del 2006 que provocó el gobierno ulisista, la represión que devenido en dos años de desapariciones, secuestros y 4 años de asesinatos selectivos contra líderes sociales. El 2010 está muy fresco y la sociedad civil oaxaqueña no ha permitido que el proceso de alternancia e instauración quede en el gradualismo político que ha caracterizado a la instauración democrática en México. El proceso en Oaxaca lleva una reforma política que el país debe envidiar, pero que puede mejorar. Cuando se pensaba que la sociedad civil estaba tranquila y dejaría que el gobierno de la alternancia, encabezado por Gabino Cué, gobernara sin un contrapeso la realización de un distribuidor vial despertó a los grupos culturales de la sociedad civil oaxaqueña.
La presencia de Peña Nieto volvió a demostrar que la sociedad oaxaqueña es plural y que ante las inconformidades sigue protestando, muy a su estilo.
Peña Nieto desde que llegó hasta que se fue, no logró ver el Oaxaca de antaño, las protestas tuiteras, en el restaurante en que comió y el mitin que realizó en la Alameda de León, que no zócalo, mostró la nueva composición de la sociedad oaxaqueña. Este territorio ya no es 100% priistas, ni panista, ni perredista, el gobierno de coalición es una muestra de la diferenciación del voto que se ha divido ante las opciones de PAN y PRD. El estado se divide en tercias para estas elecciones federales, pero los seguidores del PAN, PRD y los movimientos sociales tienen un enemigo común, el PRI.
Los propios conflictos del PRI en Oaxaca han mostrados las divisiones y la incapacidad de sus integrantes para entender los nuevos escenarios políticos.
Si algo pudo recordar Peña Nieto en Oaxaca son aquellos días del 2000 y 2001 cuando la ciudadanía sin miedo salía a reclamarle al PRI los más de 70 años de atraso y autoritarismo, pero también mostraba que solo ella puede derrotar al dinosaurio del miedo que ha sido el priismo.
Oaxaca ha sido el primer fracaso del PRI en la campaña 2012, no solo porque no pudo en la batalla tuitera y los reclamos de los tuiteros del país que se sumaron al #EPNOaxacaNoTeQuiere porque el TT desapareció de Twitter no se hicieron esperar, la presunta desaparición solo alentó el espíritu de los indignados. Es un fracaso porque lleva tres días aguantando las pruebas del PAN a las obras no cumplidas en el Estado de México; por la mañana Luis Videgaray, coordinador de la campaña del PRI, recibió, y no pudo aminorar, las críticas de los coordinadores del PAN y PRD en el noticiero de Carmen Aristegui; en Oaxaca, Peña Nieto se tuvo que tragar el reclamo de “PRI Represor” y por si fuera poco, una lluvia que no alentó el ánimo de la campaña. Si el fenómeno de ataques desde la ciudadanía en la calle y las redes sociales se vuelven a repetir en los actos de Peña Nieto, el PRI está en problemas.
El PRI puede sacar algo bueno de lo sucedido en Oaxaca, pues el acto ha pasadocon mucho tiempo de antelación al debate del 6 de mayo, tiene tiempo para buscar estrategias, si serán eficaces eso dependerá del ciudadano que ha metido presión a un puntero que se veía y sentía confiado rumbo al primer debate.
#EPNOaxacaNoTeQuiere es un factor que puede dar pie a un nuevo fenómeno político en las redes sociales y en sus actos de campaña, revitalizar las críticas que hicieran los tuiteros en diciembre del 2011: #LibreriaEPN, #NoSoyLaSeñoraDeLaCasa. El evento, los sucesos, han recordado que nada impide a los ciudadanos protestar contra los políticos, exigirles definiciones sobre los problemas del país y castigo a las personas que los rodean y protegen en sus campañas políticas. Oaxaca es un dolor de muelas para el PRI, ya no es el paraíso del voto que alguna vez tuvo en su poder.
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