Tres medios de comunicación organizan debates entre los presidenciales. Ninguno de los medios de comunicación transmite por señal abierta.

La aparición de varias propuestas de debates por parte de los medios de comunicación, como de otros formatos que permiten la interacción entre candidatos y ciudadanos es una buena noticia en el proceso electoral mexicano para elegir Presidente de México.

La mala noticia en el tema de los “debates”, como se ha nombrado de manera genérica a las iniciativas de CNN México con #ForoCNN, Milenio con #EncuentroMILENIO y MVS con el debate en el noticiero matutino de Carmen Aristegui, la han dado los políticos.

Hasta este momento sólo #ForoCNN tiene asegurada la presencia individual de cada uno de lo candidatos a la Presidencia de México. Los políticos en este formato interactúan con el público, el conductor que tiene preguntas que lanza el medio de comunicación y las redes sociales. El ejercicio ha sido positivo para la democracia mexicana.

Después del formato de CNN México, aparecen dos formatos de debate. El primero de ellos se pretende realizar el día de mañana (25/04/2012), pero hasta el momento todo es una incógnita que será resuelta por Josefina Vázquez Mota, candidata del Partido Acción Nacional. Sorprende que su decisión sea decisiva en el ejercicio de debatir, ya que no es la puntera en las encuestas.

Enrique Peña Nieto, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha decidido declinar a la al debate de Aristegui y MVS. El coordinador de su partido, Luis Videgaray, quien asiste a una mesa de debate todos los miércoles al noticiero matutino que conduce Aristegui, escribió en una carta que el candidato puntero de las encuestas no va asistir. No hay más explicaciones, no señala cuáles son los argumentos que el candidato o su equipo de campaña tienen para no asistir a debatir. En situación similar está #EncuentroMILENIO que no ha recibido carta del PRI para aceptar el debate. Solo Gabriel Quadri, candidato de Nueva Alianza; Andrés Manuel López Obrador, candidato de la izquierda partidista y; Josefina Vázquez Mota, candidata del PAN, han confirmado su asistencia.

En el caso de Aristegui y el debate que ha propuesto, Josefina Vázquez Mota condicionó su participación a si asistía Peña Nieto. Hasta el momento la página “Aristegui Noticias” señala que el debate está en suspenso por ella. López Obrador ha declarado que sólo asistiría al debate si iban dos de sus contendientes. Ante tal situación solo Gabriel Quadri del Partido Nueva Alianza está confirmado. Si Vázquez Mota no confirma AMLO no irá, como ya hizo en 2006 al primer debate de esa contienda. Creer que los candidatos a Presidente de México tienen vocación para debatir es un error. Cada uno de los contendientes en el proceso electoral tiene su estrategia de campaña y han hecho lo posible por imponerla en favor de los votos. Lamentablemente su estrategia de campaña no está creada para favorecer el marco democrático, sí la competencia por el voto en un sistema multipartidista.

EPN y PRI. El candidato puntero de las encuestas no asiste al “Debate con Aristegui” porque sabe que todos tratarán de apuntar sus críticas hacia él. En el caso específico de Peña Nieto, su inasistencia también sirve para abonar a la crítica que sostiene que sus capacidades políticas son mínimas y depende excesivamente del uso de la tecnología y la mercadotecnia política. Su asistencia al debate y un posible error o lapsus discordante traerían a la memoria de los medios de comunicación y mexicanos su bochornosa presencia en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2011.

La actitud de Peña Nieto es la de cualquier puntero en competencia electoral mexicana, pero no se debe aceptar como una práctica normal en la democracia. Sí es una práctica normal en las contiendas electorales mexicanas, pero si los mexicanos, votantes en este proceso, aspiramos a una democracia debemos exigir que las prácticas de campaña cambien y se vuelvan más enriquecedoras con el proyecto democrático. Siempre será preferible escuchar las opiniones que un político tiene sobre el país, sus propuestas para mejorarlo y sus anhelos públicos. El debate permite escuchar esas propuestas, confrontarlas con otras visiones y permiten que el ciudadano, el votante, tenga mayor información y argumentos para decidir una opción.

AMLO y la izquierda partidista. La postura de AMLO a favor de los debates ha cambiado si se compara con el proceso de 2006, ahí López Obrador despreció la práctica democrática porque acusó, bajo sus ideas de “complot”, que Televisa, ahora ya no dice su nombre, estaba preparando un programa en su contra donde se diría que había perdido el debate. El candidato de la izquierda nunca demostró que sus dichos fueran ciertos, pero sobre todo, con esas declaraciones, demostró que no confiaba en el libre juicio de los ciudadanos mexicanos, considerando que no tenían la capacidad de decidir por ellos mismo en el debate entre candidatos, ver a un ganador y perdedor. AMLO fue a un debate en ese 2006, pero se recuerda más la silla vacía y su pérdida de puntos. Hoy el tercer lugar en las encuestas quiere debatir no porque haya aprendido de esa experiencia, sino porque es el tercer lugar en las encuestas. En este sentido, EPN y AMLO tienen ciertas similitudes, los dos se han negado a debatir cuando eran punteros y despreciaron las necesidades básicas de una democracia: opinión, diálogo y crítica. Allá AMLO y su postura, como dice él de EPN.

Gabriel Quadri y el Panal. El último lugar de las encuestas ha confirmado a todas las invitaciones, si no es invitado reclama saber por qué lo han excluido. El Partido Nueva Alianza y no su candidato, pueden dar luces sobre su postura a los debates, no son “prodebates”, no lo han sido, ni lo serán. Nueva Alianza es -simplemente- el brazo político electoral del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que comanda Elba Esther Gordillo, líder vitalicia que se niega a debatir la educación en México y cada que se pretende reformar el sistema de educación pública, descalifica las propuestas, no da la cara, manda a otras personas a debatir y ella se lava las manos.

Josefina Vázquez Mota y el PAN. Sorprende la actitud de los panistas, ellos significaron en el año 2000 la ruptura con el régimen autoritario. Ganaron la elección porque lograron diferenciarse de la reconstrucción de régimen que proponía el PRD. El PAN se movía más en los argumentos de la libertad, comúnmente económica, pero con el paso de la transición el reino del pragmatismo exacerbado los ha llevado a las prácticas autoritarias.

Vázquez Mota no tiene una buena campaña en este 2012, los datos la muestran en un segundo lugar que no termina de consolidar y con dos dígitos menos que el puntero. Hasta el momento, su voluntad política ha estado en la campaña, pero es hora de tomar una decisión tajante sobre las prácticas democráticas y demostrar que están por encima de la estrategia de campaña. Su falta de respuesta a debatir en el programa de Aristegui trae a colación una disputa interna por el futuro del PAN y sus principios políticos.

De Enrique Peña Nieto se esperaba la actitud de cancelar las participaciones, es el puntero y el heredero de un partido que propone el autoritarismo como forma de gobierno, pero de Vázquez Mota y el PAN que encarnan parte de la alternancia de partidos políticos no. La inasistencia de Josefina Vázquez Mota al debate con Aristegui terminaría de confirmar que la putrefacción de Acción Nacional sigue avanzando.