Congreso de la Unión de México.

OAXACA, México.- Después del torbellino de las elecciones intermedias para elegir diputados federales, las diferentes negatividades que éste ha presentado, conducen seriamente a tomar decisiones que permitan frenar la caída de confianza y legitimidad que está teniendo el poder legislativo. Al lado de esta sintomatología, el trabajo de los legisladores ha sido muy pobre y poco valorado por la ciudadanía mexicana, en parte por la sensación de un trabajo a medias, mínimo y sin grandes transformaciones que permiten la viabilidad del país, sin que la sociedad política pierda alguno de los beneficios que actualmente ostenta. Por otra parte, hay que sumarle los largos periodos de “parálisis parlamentaria” que han traído como consecuencia la imagen de un diputado flojo y vividor del erario público.
Ante la situación negativa con la que navega el poder legislativo, que es una parte importante del equilibrio de poderes en la democracia mexicana, es necesario pensar cómo hacer que el legislador deje de responder sólo a peticiones de los grupos políticos a los que pertenece y comience a tener una cercanía con la ciudadanía; a su vez, es importante generar mecanismo y puentes que permitan la participación ciudadana en el poder legislativo, por medio de una comunicación entre ciudadano y diputado.
Ante los conflictos de transformación democrática que vive el poder legislativo, desde hace aproximadamente una década, diferentes académicos e intelectuales han considerado necesario realizar una revisión a la forma en que se accede al poder legislativo en México. Considerando, que las formas han provocado una dependencia del legislador hacia su partido político y, a su vez, una obediencia innegable a la hora de ser integrante de la Cámara de Diputados o de Senadores. Esto ha tenido como consecuencia que el poder legislativo sea ocupado para intereses partidistas y como trampolín político. A continuación se revisan las posturas y se enumeran sus pros y contras de un debate que ha perdido fuerza desde el evento coyuntural del 2006.
Procesos electorales para Diputados y Poder Legislativo
¿Qué observaciones nos ha dejado el proceso 2009 para elegir Diputados Federales y los integrantes de la Cámara de Diputados que termina su periodo?

1. Cada proceso electoral intermedio1 demuestra que la apatía de la gente por no salir a votar o votar en blanco, es producto de la actuación de los diputados, sean federales o estatales.
2. En cada proceso electoral, se presenta un porcentaje de político que ya han ocupado este cargo, teniendo como antecedente una actuación nula o pobre en este cargo. Esto ha provocado que se proyecte al poder legislativo como un mecanismo que sirve para vivir del erario público y como trampolín político.2
3. Se observa que la reelección discontinua,3 como los diputados por representación proporcional, han servido para cerrar la oportunidad de un crecimiento de la participación ciudadana, como su penetración en las decisiones políticas 4.
4. A pesar de que no existe la reelección inmediata o continua, se ha generado una clase política con grupos de presión e intereses, que imposibilitan la renovación de las élites parlamentarias como la profesionalización de las mismas, al tener que andar saltando de cargo en cargo para seguir manteniendo una carrera política viva.
5. Las consecuencias del actual modelo de elección parlamentaria, la falta de continuidad, no sólo ha conducido a la parálisis legislativa, sino al secuestro por parte de la sociedad política de la construcción de las leyes como de las propuestas de donde emergen éstas.
Las “posibles” soluciones
Ante el panorama que se presenta, se han planteado una serie de
soluciones, que en cierta forma intentan generar mayor participación en el poder legislativo como evitar que éste siga secuestrado por grupos de poder.
Las propuestas van desde la elección finita, que ha sido poco estudiada, hasta la reelección continua acotada por un lapso de periodos o hasta que el diputado decida separarse del mismo, si es que no es derrotado en un proceso electoral.
La elección finita
Ésta ha sido una propuesta que no es muy conocida y popular dentro de los medios de comunicación. Su planteamiento reside en no volver a ocupar el cargo. Si ya se ha sido diputado o senador, no se puede volver a ocupar este cargo. Por ejemplo, si X ya fue diputado puede ser senador, pero diputado otra vez ya no.
Entre los beneficios que se pueden observar, se localiza la eventual participación de nuevos sectores de la ciudadanía en cargos públicos, evitando que distintos políticos terminen adueñándose de los cargos.
Una de los factores negativos que trae consigo esta propuesta, es la falta de profesionalización en el proceso de la construcción de las leyes, teniendo como consecuencia que se genere un “tortuguismo” legislativo al tener que estar capacitando a los siempre “nuevos” diputados. Tampoco garantiza la inserción de nuevos cuadros políticos en los puestos de poder, pues los grupos al interior del partido político pueden seguir controlando la selección para competir por las diputaciones.
Aun así, con sus cuestiones negativas, sí se genera una mayor participación y competencia por los cargos en el poder legislativo local y federal.
La reelección continua o inmediata
Ésta ha sido la propuesta más estudiada y popularizada para intentar revitalizar el poder legislativo mexicano. Consiste en permitir la reelección de los diputados al terminar el periodo legislativo para el cual han sido electos.
Fernando Patrón Sánchez (2007, 15-16) señala las ventajas y desventajas de esta propuesta. Entre las ventajas se pueden localizar una “verdadera” profesionalización de la carrera legislativa que permita la profundización en la elaboración de las leyes. También considera que la reelección continua traería consigo una relación estrecha entre representantes y electores que permitiría generar mecanismo de participación ciudadana en el poder legislativo. Otra de las ventajas que trae consigo este modelo, es la responsabilidad del legislador ante los ciudadanos, acompañado de los mecanismos de la rendición de cuentas, contribuyendo a la transparencia. Por último, este modelo de reelección provoca que se fomenten los proyectos legislativos coherentes a largo plazo.
Entre las desventajas que el modelo plantea, se localiza la aparición del cacicazgo político y/o enquistamiento nocivo de élites de poder; también, la creación de la conducta individualista e indisciplina parlamentaria. Con estos males, poco a poco se puede ir presentando la corrupción entre diputados y empresas o grupos de presión, de llegar a suceder esto, la profesionalización se convierte en un “mito”. Por último, algo que sucede actualmente, la reelección continua puede traer la formación de alianzas y vínculos clientelares entre representantes políticos y grupos de poder.
Al final de cuentas, todas las “posibles” soluciones que se han planteado para solucionar el triste espectáculo que nuestros diputados y senadores realizan cada día, pasa por la participación y vigilancia ciudadana. Sin ésta, las desventajas de cualquier modelo alternativo para el poder legislativo se harán presentes de manera inmediata, provocando que se entre en periodos como los que estamos viviendo. Es por ello que si se quiere una mejora en el poder legislativo, este tiene que ser impulsado y mantenido desde la ciudadanía, pues la clase política no hará su trabajo por sí sola.

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1Se le conoce como “intermedio” porque sucede a la mitad del sexenio del Presidente de la República. En cierta forma, el proceso intermedio se ha querido interpretar como un voto de confianza o castigo a la labor del ejecutivo, pero esta interpretación puede estar a discusión por el nivel de participación que capta, los eventos coyunturales y el trabajo de los partidos políticos en el poder legislativo. Considero más viable, ver este proceso electoral como una “evaluación” hacia los diputados salientes, aunque el mismo porcentaje de votación nos volvería a demostrar que el votante mexicano poco se interesa o sabe sobre la Cámara de Diputados.

2 Los actuales diputados electos por Oaxaca que ya ocuparon el cargo de diputado federal, en su mayoría son recordados por su actuación en la lucha interna del Partido de la Revolución Institucional (PRI) protagonizada por el ex-candidato a la presidencia de México, Roberto Madrazo, y la lideresa vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo. La conformación de un grupo de diputados, conocido como “El Bronx oaxaqueño”, que se oponía a la maestra, los llevó a destacar en esa legislatura. Los pocos que se acuerdan de ellos, lo hacen por este episodio de lucha política, su trabajo legislativo o no fue cacareado o fue nulo.

3 Con esto me refiero a que después de un periodo de ser diputados, el político puede volver a competir por ese cargo siempre y cuando no sea por el periodo inmediato.

4 Fernando Patrón Sánchez, siguiendo a Benito Nacif, señala que “ que la no reelección consecutiva redundó en perjuicio de la autoridad del Congreso frente al Poder Ejecutivo, en la medida en que los incentivos para la carrera política de los legisladores quedaron desvinculados de la conexión territorial y a merced de las redes del partido en el gobierno, el PRI, cuyo líder real era el presidente de la República en turno (Patrón Sánchez, 2007: 3)”.

Nota: Publicado el 8 de agosto de 2009 en el Suplemento Político Ágora.