Gusta el morbo, el respaldo a lo que pensamos, el odio al otro, no es un adversario político, es un enemigo. Las fake news, las noticias falsas desequilibran la opinión pública no solo porque la tecnología les ha dado un megáfono, sino porque responden a las creencias que buscamos sean verdad absoluta.

La religión, los deportes y la política despiertan las pasiones humanas. Un estadio o un bar son un espacio para la catarsis. Una iglesia para la catarsis y convencernos que nos podemos perdonar, que realmente nos debemos perdonar. La política partidista puede ser el espacio para dirimir diferencias y buscar la construcción o el mantenimiento de la paz pública, discernir el conflicto sin la violencia, pero también es un espacio para la catarsis pública, estar entre fieles, siervos, feligreses y mesías, es intentar convencer al otro. La propaganda sirve para vender agua como vino.

Las fake news o noticias falsas son eso, la propaganda que los grupos que se dirimen en el espacio público lanzan para intentar convencer a las personas o generar un estado de ánimo sobre lo público, también construir o destruir la imagen de un candidato.

Hace dos años las fake news lograron por fin convertirse en tendencia, no solo en trending topic. Quienes las emplearon descubrieron que el avance de las tecnologías de la comunicación permitía generar estados de ánimo colectivos que multiplicaran el alcance de una información que estaba destinada a despertar las emociones de ciertos grupos de ciudadanos. A esto, ahora lo sabemos con hechos, se le sumó el “big data”, el uso de bases de datos con información de millones de personas, y las redes sociales, el espacio público virtual donde la razón y los sentimientos se convierten en opiniones publicadas, que se han vuelto públicas, que generan opiniones sobre otras personas.

Esta combinación de factores más el dinero de grupos de interés permitió que las fake news fueran un factor clave para que las tendencias electorales cambiaran en Estados Unidos. Desde ese momento hasta la fecha, los escándalos con las noticias falsas continúan y los datos sobre manipulación y venta de datos de usuarios se mantiene. Facebook es la red social con más escándalos en esta área, culpable de la manipulación de la opinión pública mundial.

Ninguna democracia, vieja o joven, está exenta del fenómeno de las fake news. México no es una excepción. Si en 2012 vimos el fenómeno de los ejércitos de troles, mejor conocidos en México como Peñabots, que se dedicaban a posicionar tendencias en Twitter para construir una imagen falsa del PRI y Enrique Peña Nieto, la evolución natural de estas estrategias para construir una opinión artificial fueron las noticias falsas que desde bots son masificadas en las redes sociales.

La cultura política de los mexicanos también es un factor interesante para que las noticias falsas tengan un mayor impactado: las personas prefieren escuchar una opinión similar a la suya y luego ir a ver una posición contraria para recordar que están en lo correcto. Segundo, el contexto de la política mexicana y el drama de la violencia abonan por soluciones milagrosas, por cuentas alegras y fórmulas milagrosas que resuelvan el problema. Por supuesto, la descalificación del otro es un festín entre quienes solo reconocen enemigos y aman la violencia verbal. Por eso las fake news reinan en México, como reinaron en Estados Unidos, no somos tan diferentes, hay un racismo histórico en nuestras fundaciones como naciones. La adaptación de las fake news es idiosincrática.

¿Qué hacer?

Para este proceso electoral cinco medios y la Universidad de la Comunicación en México se organizaron para convocar a cazar noticias falsas. No es broma, ahora los periodistas cazan noticias falsas que se han vuelto noticias por su viralidad. El resultado es Verificado.MX un sitio web donde se pueden descubrir los principales bulos que mueven las tendencias políticas y que se dedican a descalificar a los candidatos con el fin de posicionar a otro candidato.

Una regla general en estas elecciones es que ningún candidato se libra de noticias falsas. Todavía falta saber quién es la o el candidato más afectado por la masificación de las fake news.

Son dos los objetivos de Verificado.MX “ por un lado, las noticias falsas; por el otro, las promesas irrealizables o las críticas sin fundamento.” y lo quiere hacer desde donde se puede disgregar la información, desde aquella trinchera que arriesga su vida por luchar contra la desinformación, el periodismo.

Luchar contra las fake news es también luchar contra nuestra forma de consumir información. Es aprender a contrastar información, leer más de un medio, dudar, interrogarse. No solo es trabajo de los periodistas, también de los lectores. El contrapeso al periodismo son los lectores informados.

Desde el periodismo, Verificado.MX es la buena noticia para estas elecciones, la mala es que su surgimiento se da para combatir el mayor fenómeno negativo de este proceso electoral: las fake news.

Expresidentes de México y Colombia dan RT a noticia falsa