Official portrait of President Donald J. Trump, Friday, October 6, 2017. (Official White House photo by Shealah Craighead)

La militarización de la frontera norte por parte de la administración de Donald Trump ha mostrado la fragilidad de ideas de quienes buscan la presidencia de Mexico.
Solo los temas que trascienden a la clase política y las fake news bien montadas, pueden colocar un tema ajeno, o no forzosamente ligado, al que proponen las campañas políticas. La militarización de la frontera por medio del decreto firmado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha provocado que las campañas se dejen de lado para observar cómo de manera unilateral un gobierno decide sobre dos países.

Hasta el momento ninguno de los candidatos ha hablado con datos, ideas y propuestas sobre qué se puede hacer ante la estrategia nacionalista, discriminatoria, xenófoba y racista del gobierno de Estados Unidos.

Al igual que el actual gobierno de Enrique Peña Nieto, los candidatos se han limitado a pedir respeto y condenar el despliegue de la Guardia Nacional de Estados Unidos.

Meade, el candidato oficial, hasta después de las nueve de la noche lanzó un breve comunicado por redes sociales para decir que “es una acción que no tiene razón de ser entre socios y amigos” y aprovecha para pedir unión entre los candidatos solo para “externar nuestro repudio y rechazo a este tipo de medidas”. Por supuesto, no ha hecho una crítica al manejo de las relaciones exteriores por parte de este gobierno y la visita de Trump en media campaña en Estados Unidos a México que favoreció al candidato para recuperar terreno en las encuestas.

Andrés Manuel López Obrador, el puntero en las encuestas, hizo algo similar a Meade: sí al respeto mutuo y a la cooperación para el desarrollo. En el mitin que realizó este día en Coahuila,  AMLO dio la declaración tragicómica de la jornada: «Me entregaron un texto, una cita bíblica que viene al caso, un proverbio. Dice: ‘la blanda respuesta quita la ira, más la palabra áspera hace subir el furor’. No vamos a usar malas palabras, vamos a decir las cosas con respeto y claridad», contestó el también candidato de la ultraderecha partidista, Encuentro Social, quien ha hecho guiños a Trump por medio de Iris Borrego, diputada de Zacatecas.

Ricardo Anaya, el segundo lugar en preferencias electorales, después de las 9 de la noche en su página de Facebook calificaba de “amenaza” la llegada de la Guardia Nacional estadounidense. ¿ninguno de sus asesores le dijo que es un hecho, no una amenaza?
A diferencia de los otros candidatos, Margarita Zavala reaccionó desde mediodía a la decisión de Trump. Pero al igual que los otros candidatos se limitó a condenar la decisión y, al menos, se atrevió a decir que “no ha habido nada que haya ocasionado ni actos de terrorismo que haya pasado por la frontera sur de Estados Unidos”. Por supuesto llamó a la unión de los candidatos por medio del tuit que le dirigió a Donald Trump.

Posiblemente el ridículo principal ante la decisión de Trump de militarizar la frontera la tuvo el gobierno de México al salir explicar que sí van a estar los integrantes de la Guardia Nacional, pero “desarmados”. ¿es labor del gobierno mexicano hacer de vocero de Trump?

El gobierno mexicano en el comunicado donde informó que estarán desarmados los guardias no dio a conocer ninguna acción como respuesta a la decisión de Trump, la decisión del presidente de Estados Unidos ni siquiera fue en un día, la prensa hablaba desde el lunes de este tema.

El problema de los políticos mexicanos es que sus respuestas son declaraciones que no llevan a un acción concreta, condenan y dejan que el evento ocurra, la no actuación es su acción, esperar que todo se olvide.

La militarización de la frontera norte, como decisión unilateral del gobierno de Estados Unidos, ha servido para mostrar la incapacidad de los candidatos para proponer acciones concretas ante un problema real en materia de relaciones exteriores que afecta a millones de mexicanos, aquellos que se fueron del país por falta de oportunidades.