¿el regreso del PRI a Oaxaca?

El PRI no se irá de Oaxaca mientras no se erradique la cultura política que diseñó para mantener el poder.
La victoria de Alejandro Murat es la muestra clara que la mayoría de la ciudadanía interesada en participar en la toma de decisiones en el rumbo de Oaxaca prefiere el modelo autoritario del Partido Revolucionario Institucional.
El triunfo no niega que existan otras fuerzas partidistas que unidas pueden derrotar al PRI. Tampoco termina con la existencia de apuestas alternas a los partidos políticos y el movimiento magisterial. Sí muestra que esas fuerzas se mantienen como minorías que no han logrado encontrar las coincidencias mínimas o básicas que los haga desterrar la cultura política del autoritarismo priista.
Lo interesante de las elecciones que han permitido que el Partido Revolucionario Institucional regrese a gobernar Oaxaca es que realmente la cultura política que creó se ha mantenido en el poder y es practicada por las fuerzas políticas de Oaxaca.
No solo se trata que la coalición del PAN y el PRD tuvieran aun candidato que renunció al PRI, tampoco que el PT escogiera a otro expriista. Se trata de las estrategias que utilizaron durante su campaña para llegar al poder. Ninguno de los partidos mostró una estrategia diferente al PRI. Las descalificaciones y el inhibir la libre elección han marcado el proceso electoral.
Por su parte, los movimientos sociales de Oaxaca tampoco tienen una cultura política diferente al PRI. La Sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE, utiliza la fuerza para imponer su ley y recurre a la historia oficial para justificar su violencia. La historia oficial que inventó el PRI. Los movimientos afines a su causa hacen lo mismo, hablan de verdades únicas.
El problema de Oaxaca no es que el PRI haya vuelto, sino que no se fue durante este tiempo. El modelo de cultura política autoritario se matizó para que Oaxaca cambiara sin que nada cambiara. Una respuesta a la falta de aparición de nuevos políticos al interior de los partidos que lograron el cambio.
Sí hay algo de qué preocuparse en Oaxaca. Los grupos que han optado por la democracia pueden comenzar a desaparecer o ser atacados por el partido en el poder o los grupos “opositores” al PRI que comparten los valores autoritarios.
La no ausencia del modelo priista en la política se confirma en Oaxaca porque no cabe nada que no se haya creado en el régimen priista.