Oaxaca, decidir la ciudad que queremos

De Ulisesmorales – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0.

El debate que se ha generado sobre la construcción del Centro de Convenciones Oaxaca (CCCO) es sano para la democracia, demuestra avances y pendientes en la instauración de un régimen democrático en ese Estado.

Primero, las organizaciones de la sociedad civil de la ciudad de Oaxaca, con la figura del pintor Francisco Toledo, tienen la suficiente fuerza para provocar que el gobierno del Estado tenga que entrar al debate y, al menos, señalar que hará “una consulta pública”.

Segundo, el gobierno no ha mostrado cerrazón y esa ya es una victoria para la sociedad civil, pero también favorece la imagen del gobierno.

Tercero, que se construya o no el CCCO no es una victoria o derrota para el gobierno o las organizaciones, sino un triunfo para los oaxaqueños, pues han tenido la posibilidad de decidir la ciudad que quieren.

La ciudad es el espacio público que comparten sus habitantes, no es un espacio del gobierno, ni de las organizaciones ¿preguntó el presidente municipal a los habitantes de la ciudad de Oaxaca si querían observar día a día las obras de Andriacci? o ¿solo las pusieron para consagrarlo como el pintor del PRI o del autoritarismo?

El gobierno debe gobernar la ciudad, pero en un democracia debe tener en claro qué quieren sus ciudadanos para la ciudad. Las organizaciones de la sociedad civil solo aglutinan a la mayoría de los interesados en temas públicos, los que quieren incidir, pero no por eso tienen la razón sobre lo que es “bueno” o “malo” para el espacio público. En una democracia los ciudadanos tienen derecho a equivocarse y seguir viviendo en democracia para resarcir sus errores.

Cuarto, es una buena oportunidad para observar -y analizar- las capacidades de comunicación de las organizaciones de la sociedad civil con los oaxaqueños en general. El gobierno, como siempre, tendrá recursos ilimitados para incidir.

Quinto, una pena que sea más importante contabilizar la opinión de los oaxaqueños para una construcción que en el tema más importante de Oaxaca: el sistema educativo.

Algo seguro, el CCCO ha dado la oportunidad, que no se debe desperdiciar, de hacer un ejercicio democrático para decidir la ciudad que queremos.

Nota: Una versión de este post se publicó en la revista Mujeres en la edición de agosto 2015.

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