La herencia autoritaria sigue presente en Oaxaca.  // Baño de Mixtacos, Centro Histórico. Diciembre 2013.
La herencia autoritaria sigue presente en Oaxaca.
// Baño de Mixtacos, Centro Histórico. Diciembre 2013.

El 2013 en Oaxaca y sus eventos importantes, que han trastocado o vuelto a incidir en la vida cotidiana de sus habitantes, se resumen -otra vez- en el conflicto magisterial y las costumbres electorales de la clase política oaxaqueña. 

Los dos eventos del 2013 que han impactado en Oaxaca muestran la constante de una cultura política heredada del autoritarismo que no está siendo erradica a pesar de la alternancia del 2010 en el gobierno estatal.

El conflicto magisterial, que involucra a padres de familias, como entes pasivos o con soluciones que solo generan posturas particulares y violentas; el gobierno, con una clara postura a favor de tolerar a un grupo de docentes y; las dos secciones sindicales, la 22 -disidentes- y la 59 -operada desde el oficialismo sindical-, muestra que la fórmula de la violencia y el número se ha impuesto para solucionar el conflicto a favor de mantener el clientelismo político del grupo que tenga más integrantes para mantener la estabilidad o viabilidad gubernamental, pero no para buscar la estabilidad democrática.

En efecto, la consecuencia del 2013 a futuro es que la forma de hacer política en Oaxaca no se ha alterado o se diferencia de la forma autoritaria, manteniendo en el fondo de la política los valores autoritarios que favorecen los acuerdos de los grupos políticos para mantener sus cuotas de poder, sacrificando los ajustes que se necesitan para garantizar el futuro a los beneficiados -ahora, afectados.

La decisión del gobierno de Gabino Cué de respaldar a la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) a cambio de no tener otro 2006, es simplemente permitir que la Reforma Educativa se aprobara y negociar con el magisterio su no aplicación, respaldado por los pactos políticos con el gobierno federal. En este sentido, la ley vuelve a ser sacrificada, manando la señal, a los ciudadanos, que -todavía- la ley no está por encima de los grupos de poder.

Algo similar sucedió en el proceso electoral que tuvo Oaxaca durante este año, los partidos políticos se dedicaron a buscar cómo mantener la clientela política, compra del voto y generar publicidad sin violar la ley.

Así, durante este proceso, se pudo observar como los medios de comunicación -impresos y digitales- vendieron publicidad disfrazándola de entrevistas.

Al igual que en el caso del magisterio, el poder y la falta de voluntad para respetar las leyes fue la prioridad de la clase política.

En conclusión, los dos eventos coyunturales que trascienden en este año y que afectarán en los años venideros a Oaxaca, contribuyen a mantener la regla del juego autoritario de violar la ley o esquivarla en favor de los grupos que están en el poder. El futuro de la mayoría de los ciudadanos ha vuelto a ser sacrificado, porque no se han mostrado activos, otra vez, para parar los abusos del poder y generar soluciones que favorezcan la cultura democrática.