Después de una semana del día de votación, el tema de las elecciones en México y sus irregularidades que han hecho dudar a varios grupos de la sociedad, como activar a las bases de la izquierda partidista poco a poco comienzan a perder fuerza en los medios de comunicación, no se si sucederá lo mismo en las calles, pero el extremismo y puritanismo pueden comenzar a ganar terreno.

En los medios de comunicación, especialmente la televisión, el tema electoral se configuró con el conteo distrital del Instituto Federal Electoral (IFE), las felicitaciones que recibió el virtual ganador Enrique Peña Nieto y las manifestaciones que aparecieron por parte de #YoSoy132, pero sobre las pruebas de irregularidades hubo muy poco.

Como fue pasando la semana los medios de comunicación, a pesar de mantener la cobertura, cambiaron su discurso sobre el proceso electoral y comenzaron a hablar de los detalles que hacen falta por terminar para encontrar las rutas de la unidad en el próximo gobierno.

El Partido Acción Nacional en esta semana, por medio de Josefina Vázquez Mota, pidió al presidente electo, Enrique Peña Nieto, que la bancada priista de la Cámara de Diputados y Senadores convocara a un periodo extraordinario para aprobar las reformas estructurales que el país necesita y a la cual se ha opuesto el Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde hace 12 años.

La izquierda partidista ha mantenido su postura e intenta generar pruebas que demuestren las irregularidades del proceso, como la compra de votos.

El #YoSoy132 debate sobre sus acciones en las asambleas y toma las calles cada que puede, se presenta en las instituciones involucradas y se divide en lo público entre los moderados que quieren instituciones más fuertes y democráticas y aquellos que buscan la solución a la coyuntura electoral, así sea con el uso de métodos violentos.

La cuestión es que la protesta y la violencia que se puede generar en las calles por parte de los inconformes puede generar hartazgo por parte de los ciudadanos que las viven día a día y una imagen negativa en los medios de comunicación que puede ser radicalizada por varios comunicadores que no han visto con buenos ojos las críticas de los jóvenes universitarios.

Si el movimiento #YoSoy132 no logra diferenciar de manera clara sus posturas con los seguidores de Andrés Manuel López Obrador puede quedar atrapado en la visión pública como una arteria de los partidos de izquierda.

En otras palabras, #YoSoy132 debe dejar claro si su lucha y objetivo es la defensa del voto y la democracia, no solo la defensa del voto a favor de AMLO y la crítica al PRI.

Es cierto que en este proceso electoral la falta de respeto a la libertad de elección terminó por provocar la desconfianza que hoy recorre las calles. La mayoría de pruebas de compra de votos son en contra del PRI. También hay pruebas en contra del PRD por su forma de negociar con los empresarios apoyo a la campaña de AMLO, todas difundidas por el periódico El Universal. En el caso del Partido Acción Nacional las únicas pruebas se dieron durante sus elecciones internas y cabe la posibilidad de que no haya rastros públicos en los últimos meses por su caída en las preferencias electorales.

Las posturas de los involucrados hasta este momento en vez de sumar a la ciudadanía por la búsqueda de legalidad y avance democrático, solo está conduciendo al hartazgo sobre el proceso electoral. Durante más de 100 días los mexicanos hemos recibido decenas de miles de spots con promesas de campaña, escuchado a analistas políticos y visto los diversos escándalos de cada político. Se ha elegido a un candidato y la sorpresa de que no certeza sobre el proceso electoral sigue manteniendo el tema, pero la pregunta es ¿para qué? Sobre todo entender qué puede ganar el ciudadano con estas protestas y si se está comunicando lo que se quiere para la sociedad mexicana y lo que se busca como partido político. Mientras no se definan estos dos puntos, el hartazgo será la solución al conflicto electoral que existe.