Contar votos.

Para @chanssoto, @sotogabi, @azurri_10 y @Daniel_VicenteM

Todos los partidos políticos con posibilidades de ganar una elección en el proceso electoral en México han presentado impugnaciones por irregularidades el día de la elección, sea por porcentajes de diferencia mínima entre primero y segundo lugar, errores en el conteo de los votos o alguna otra anomalía que pudo influir en el resultado de determinadas casillas, secciones o distritos electorales.

El propio Instituto Federal Electoral (IFE), en medio de un vendaval de protestas y descalificaciones, ha decidido recontar hasta 50 mil paquetes de elección que presentan mínima diferencia, menos de uno por ciento entre el primero y segundo lugar, u otro tipo de irregularidades. Como señala Alfredo Figueroa Fernández, Consejero del IFE, el recuento de paquetes electorales representa un tercio de la elección y que 19 Estados de México vivan este proceso.

El IFE está haciendo la revisión bajo lo estipulado en la ley después de la reforma del 2007. También, se ha convertido en un mecanismo que demuestra el “voluntarismo” del instituto para intentar verificar lo que ha pasado el día de la votación y responder a las incógnitas de diversos grupos de ciudadanos, el más activo #YoSoy132.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) este martes ha cambiado su discurso, ha sido moderado y más claro que el lunes, donde al calor de las lamentaciones y frustraciones del candidato de izquierda lo llevaron a los señalamientos del 2006. Ahora el discurso se mueve en el terreno de las impugnaciones y la compra del voto.

Las impugnaciones son entendidas como irregularidades en el periodo de campañas y el día de la votación.

En el caso del proceso electoral, no ha existido mayor irregularidad que el rebase del tope de gastos de campañas que debe demostrar la izquierda partidista sobre el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Por otra parte, la compra de votos poco a poco está siendo documentada por la propia ignorancia y desesperación de los destinatarios. Varios medios de comunicación han logrado captar a los beneficiarios de la compra del voto al salir de las tiendas que se vieron beneficiadas con la entrega de monederos electrónicos.

Al lado de estas irregularidades que son ya impugnaciones, están los errores que cometieron los propios ciudadanos en el conteo del voto el día de la elección.

Una conclusión hasta aquí: en México no hubo fraude electoral. Primero, porque los ciudadanos que participaron como funcionarios de casilla impiden que se dé. Segundo, porque la modalidad para ganar elecciones por medio de la manipulación del voto y de la percepción ciudadana se da por medio de los recursos económicos que se reparten el día de la elección. Tercero, todos los partidos están presentando impugnaciones para revistar determinados distritos electorales, lo cual demuestra que hay un acuerdo entre cómo se opera una elección sin violar la ley, pero jugando de manera desleal y sin respetar la libertad política de los ciudadanos.

Los focos de atención se encuentran con Andrés Manuel López Obrador, quien ha pedido que se recuenten los 300 distritos que conforman el país. Al paso de estas declaraciones, antes que el IFE se manifieste, ha salido el expresidente del IFE en 2006, Luis Carlos Ugalde, quien recuerda al candidato de las izquierdas que por ley solo “aplicará en 19 distritos”, pues “esa acción legal solo se puede realizar en distritos en donde los resultados del PREP indiquen una diferencia de un punto porcentual entre el primer y segundo lugar, o una diferencia minima con votos nulos”. Al final de la nota informativa, se asienta la advertencia, si el proceso se va a anular tiene como fecha límite el 12 de julio. Es probable que AMLO exagere para incentivar las emociones de sus simpatizantes, pero las impugnaciones ponen a la luz la forma en que operan los políticos en los procesos electorales, no se comete un fraude, pero sí se presiona la libertad de elegir del ciudadano.

El Partido Acción Nacional se ha reunido con el Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, este día. Después de la reunión el discurso de Acción Nacional ha dado un giro que apunta hacia la izquierda, no para respaldar sus actividades, pero sí para reconocer que está en todo su derecho de impugnar y que el proceso tiene irregularidades que atentan contra las condiciones de igualdad que se busca en la participación democrática. El PAN ha impugnado 4 distritos y en su discurso hay coincidencias con AMLO.

Ante esta situación, la coincidencia se ha dado en la moderación del discurso de la izquierda y las protestas que poco a poco asoman la cara, no por un llamado fraude sino por las llamadas irregularidades que he mencionado a lo largo del texto.

Un último escenario en este día, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha dicho que el fraude es imposible por la información que tiene de las leyes mexicanas y la participación de los ciudadanos. En ese sentido, su participación confirma que la democracia mexicana tiene avances, pero también recuerda que la compra de votos y el rebaso de topes de campaña no son fraude, ni pueden ser un factor para anular la elección. César Gaviria, representante de OEA y expresidente de Colombia, atina a decir que hay sanciones por los topes de campaña, pero no anulación.

En este sentido, parece que todos tienen razón. No hay fraude y la anulación de la elección solo se puede dar si los umbrales del proceso electoral en irregularidades fueron rebasados de manera contundente en los paquetes electorales que se van a revisar.

Hasta este momento, las prácticas autoritarias son un supuesto que el IFE intentará demostrar, si no los demuestra, su existencia puede estar en las calles, pero su comprobación no está en las instituciones. El mito de la compra del voto seguirá creciendo para muchos, otros tendrán su voz y ojos para decir que lo vieron y vivieron. El resultado es que la desconfianza avanza.

El silencio para dar estabilidad al ganador no es la solución, la toma de las calles y la descalificación de todo tampoco lo es. Solo queda resolver los problemas con las instituciones que hemos creado. Después, siempre el futuro, la sociedad civil y la clase política tienen que generar mejores que instituciones que den certidumbre a la democracia y garanticen la plena libertad política. Mientras, estamos pagando nuestros errores.