La mayor debilidad del Partido Acción Nacional y Josefina Vázquez Mota son las muertes que en este sexenio ha permitido el presidente Felipe Calderón Hinojosa. Su mayor amenaza es la falta de justicia a las víctimas, las cuales han quedado como simples daños colaterales.

La atención a las víctimas queda en lo coyuntural, sólo se da cuando el tema logra abrirse un espacio en la agenda de los medios de comunicación. Después, cuando el tema se apaga en las televisoras, la atención gubernamental a los familiares y víctimas desaparece, regresa al escritorio de un burócrata que se dedica a administrar el problema.

La Guardería ABC es el caso de injusticia que más ha indignado a los mexicanos en este sexenio. Primero, porque los muertos fueron niños y si hay algo sagrado para los mexicanos después de la madre, son los hijos. Segundo, porque murieron en instalaciones que supuestamente el gobierno federal por medio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) había inspeccionado y avalado como seguras. Tercero, porque el incendio donde murieron calcinados los infantes provino de un domicilio a cargo del Gobierno del Estado de Sonora. Cuarto, porque la guardería tiene relación con familiares de la Primera Dama de México, Margarita Zavala. Quinto, porque ningún funcionario de alto nivel ha pagado por el crimen. Sexto, porque en las calles hay muchos culpables que viven aparentando ser inocentes. Séptimo, porque los padres de familia viven un dolor en plena soledad y los días se van esperando que la justicia llegue. Octavo, porque el incendio recuerda y aclara que no se puede confiar en las autoridades mexicanas, mucho menos en la impartición de justicia.

Los muertos del sexenio son el reclamo más justo que los mexicanos pueden hacer al Partido Acción Nacional, más en el caso de la Guardería ABC, porque ahí el gobierno y el partido oficial no pueden argumentar que trabajaban para el narcotráfico, se dedicaban a los secuestros o estaban en algún antro de mala muerte, sí en una guardería de mala muerte. Ellos eran inocente y sus padres, posiblemente, víctimas de la necesidad de tener a sus hijos en una guardería del Estado.

Por años, no solo con el PAN, sino también en los gobiernos del PRI -incluido el autoritarimos- y del PRD, hemos escuchado que los niños son el futuro de México, pero nadie garantiza un presente con las necesidades básicas cubiertas.

Unos ejemplos. Primero, la Guardería ABC demuestra que los niños no importan, sino el negocio y poder obtener los contratos con el gobierno, siempre pensando en incrementar la ganancia. Segundo, los niños de Oaxaca son atropellados por priistas, izquierdistas, derechistas y la Sección 22 por sus pugnas políticas. La inseguridad de las ciudades poco a poco ha cerrado los espacios públicos para ellos. La falta de reformas no garantiza que en un futuro puedan competir a nivel internacional por un mejor país y tener un mejor nivel de vida.

Si algo recuerda el caso de la Guardería ABC es que nadie en la clase política ha hecho algo por los mexicanos sin pedir algo a cambio. Segundo, que la corrupción y el compadrazgo son el mejor camino para crecer económicamente en el país, aunque no se cumpla con los mínimos a la hora de ofrecer los servicios concesionados por el Estado.

El problema reside en que el caso de los niños muertos en la Guardería ABC no es exclusivo del Partido Acción Nacional. El Partido Revolucionario Institucional tiene sus muertos de este Siglo XXI en Oaxaca y el 2006, los muertos de la guerra contra el narcotráfico también son suyos en todos los territorios que gobierna y en los cuales no quiso actuar para no perder votos. El PRD tiene sus muertos en el News Divine y la discoteque Lobohombo, por supuesto también los muertos del narcotráfico en los territorios que gobierna y en los cuales se ha coludido con el crimen organizado, como es Michoacán.

Guardería ABC es ese recuerdo que señala que a la clase política no interesa proteger la vida de los ciudadanos; por supuesto, sabe lucrar con la muerte de sus hoy votantes.