Ricardo Salinas Pliego hubiera ahorrado el escándalo por sus actitudes autoritarias y desquite del Instituto Federal Electoral si desde un inicio Tv Azteca declaraba que transmitiría el debate por el canal que tiene menor cobertura, Canal 40. Televisa está en el mismo tenor, transmitirá el debate por el canal 5, no por el canal de las novelas.

La postura de las televisoras es solo una muestra del desprecio que tienen a la democracia y a los ciudadanos, pero también su forma de negociar con la clase política.

El Instituto Federal Electoral no defendió la democracia y sí la estabilidad del sistema político para este proceso electoral. Prefiere contar con canales abiertos por si el proceso electoral cae en un escenario similar al de 2006. Nada como las televisoras para desacreditar a un consejero del IFE, más Tv Azteca que practica un periodismo lleno de adjetivos y exageraciones a la hora de contextualizar sus noticias. Por otra parte, los políticos temen a Televisa por su cobertura y sus controles laterales de diversos medios de comunicación.

Ni la autoridad electoral, que debe garantizar la participación de los mexicanos, ha defendido a la ciudadanía . El IFE prefiere migajas por parte de las televisoras para que unos cuantos millones de mexicanos pueden acceder a la transmisión del debate.

El excanal de CNI, Canal 40 transmite en el Valle de México y a nivel nacional por cable y televisión satelital, su cobertura es mínima para la población del país que no cuenta con algún sistema de pago.

En efecto, el problema con las televisoras es no permitir a los mexicanos que viven en lo rural y la inmensa cantidad de pobres que no pueden pagar su sistema de televisión privada acceso a la información política. No son los ciudadanos quienes deciden informarse o no, sino las televisoras deciden quién se puede informar.

La actitud de las televisoras es el reencuentro con su pasado, pero también con su presente. Es el reencuentro con un modelo que responde a los intereses del grupo que gobierna sin estar en los cargos de gobierno y pretende seguir gobernando desde la presión. Es el presente, tener medios de comunicación sin contrapesos.

Las elecciones del 2000 marcaron la separación entre las fuerzas autoritarias y prodemocráticas. Las elecciones del 2006 definieron a la izquierda y derecha partidista. Las elecciones del 2012 están marcando el reencuentro entre el autoritarismo y aquellas fuerzas que habían navegado con fachada prodemocrática en los últimos doce años.

No se puede decir que la transmisión del debate por Canal 40 de Tv Azteca, del cual se adueño por medio de un grupo armado en el sexenio de Vicente Fox, sea un logro ciudadano. Es una burla por parte de la televisora hacia los ciudadanos, porque no permite que se informen quienes solo gozan de canales públicos.

Televisa también muestra que está apostando a su sobrevivencia hegemónica. Su transmisión por el canal 5 no permite distanciarla de su única competidora, sino que la ubica al lado, como una ala moderada de las decisiones autoritarias, que solo informa su postura, pero evita crear confrontación con los grupos críticos de la sociedad civil.

Las elecciones del 2012 se definen por el avance de las formas autoritarias, el deterioro de las fuerzas prodemocráticas del país y un entramado institucional que responde a la estabilidad, pero no a la instauración de la democracia.