AMLO en el techo de una casa de Oaxaca/ Foto by: @chanssoto

Andrés Manuel López Obrador ha vuelto a Oaxaca. Estado del sur sureste de México que permitió al candidato de la izquierda partidista ser un hito en su largo recorrido por toda la nación durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.

AMLO recorrió los 570 municipios de Oaxaca a diferencia de Ulises Ruiz Ortiz, exgobernador de Oaxaca de 2004 a 2010, que nunca lo hizo.

Para Andrés Manuel López Obrador, Oaxaca significa triunfo, sin su ayuda Gabino Cué Monteagudo y los partidos locales de izquierda no hubieran logrado la alternancia de partidos políticos en 2010. AMLO tuvo una actitud diferente con la alianza entre izquierda y derecha en este estado. El actual candidato de las izquierdas solo se separó y guardo silencio, no hizo campaña, pero su postura permitió al PAN y la izquierda partidista terminar con la hegemonía priista.

A diferencia de la visita de Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador no tuvo contrapeso en su mitin. No hubo un grupo del PRD que se atreviera a reclamar el desaseado proceso interno de elección. Solo hubo la presencia de carteles pegados en donde se acusa a la izquierda partidista de tener a comunistas en sus filas, ridículo y exagerado, pero característico de las fuerzas del PRI en los valles centrales atrapados en la lógica de los setenta, cuando secuestraron y asesinaron a decenas de personas que pensaban pertenecían a la guerrilla o grupos de izquierda radical.

Al lado de estos hechos, el modelo de prensa que se practica en Oaxaca hizo presencia. Benjamín Robles Montoya, el personaje político más frágil de las candidaturas de izquierda en Oaxaca, vivió el ataque del Periódico Despertar en el mitin. Según señalan las notas periodísticas, se repartían ejemplares gratuitos de este diario. Aunque la nota de Milenio llama al diario “panfleto”, con lo cual da una clasificación errónea. Despertar es un diario que se comporta bajo una lógica normal de la prensa en Oaxaca, dañina para la democracia. Opera para el PRI desde el año 2010 y poco a poco ha cerrado la crítica al interior del diario en contra del PRI. Escándalos tiene desde su fundación.

Trabajé con el diario Despertar de Oaxaca elaborando el suplemento político “Ágora”, su publicación se hacía cada semana, domingo o lunes, la relación con el diario cambió en el año 2010. Hubo renuencia por parte del editor en jefe, Luis Ramírez, para publicar semana a semana el suplemento. Asistía con el directo del periódico, Alfredo Martínez de Aguilar, para entender qué pasaba, el suplemento se publicaba. Cuando la edición se publicaba leía los artículos para ver si no habían censurado alguna parte o cambiado el texto, por suerte no pasó, siempre recibí ayuda de varios diseñadores que me avisaban de los planteamientos de los editores para modificar los textos, evite todos, pero muchos números no salieron. Para el mes de junio la relación entre quienes hacíamos Ágora y el diario Despertar era insoportable, el suplemento dejó de publicarse en el mes de junio y julio del 2010. Durante el año electoral en Oaxaca quedan nuestros escritos como fiel reflejo de nuestra postura a favor de la democracia a pesar de la cerrazón de los grupos que controlan la prensa, no solo fue la prensa escrita, Internet es un mercado virgen, sin reglamentación en materia de publicidad electoral y gubernamental en Oaxaca que fue un jugoso negocio para los dueños de páginas “informativas” en Oaxaca.

En el modelo de periodismo que se practica en Oaxaca ningún diario de comunicación está exento de las prácticas que hace el Despertar, algunos son menos descarados, refinan las palabras y disparan. Si hay un diario al que funciona esta estrategia para mantener ventas altas y buenas relaciones en diversos sexenios es el periódico Noticias, quien apostó al proceso de alternancia como periódico en el año 2010. Durante el sexenio de Gabino Cué el diario Noticias ha ido del aliado extremo a aliado moderado, el proceso electoral impide una alianza completa.

En Oaxaca hace falta un periódico analítico que permita romper con la dualidad extremista que se crea en la prensa oaxaqueña. El ataque fue contra Benjamín Robles Montoya, quien tampoco está libre de un pasado tormentoso y poco claro, el periódico Tiempo publicó diversas “investigaciones” periodísticas sobre este oaxaqueño por adopción.

A pesar de esta desaveniencia, la presencia de AMLO terminó por opacar los errores y los ataques, desde la lona que provocó que el candidato a la Presidencia de México saliera con el fondo de Domino’s Pizza hasta los carteles y periódicos repartidos.

AMLO no tuvo quién hiciera contrapeso en su mitin, ni quien lo acusara de la polarización del país. Este escenario se debe a que los Valles Centrales de Oaxaca desde el proceso electoral del 2010 no están en manos priistas, sino divididos entre ellos, el PAN y la izquierda partidista.

Queda para el recuerdo la foto de AMLO con Hugo Jarquín, candidato a Diputado Federal por el Distrito 8 que dirige a los ambulantes en diversas zonas de la ciudad.

AMLO es el hit de la campaña, la idea de la estrategia electoral es que los reflectores giren sobre él, evitando que las disputas locales de los partidos de izquierda queden en segundo plano y no opaquen al candidato.

El discurso del candidato no se aleja de las promesas que repiten sus simpatizantes y candidatos en Oaxaca, es lo más gris de su mitin, pero no importa porque la presencia fue todo ante sus “seguidores”.

En Oaxaca la izquierda partidista no se ha renovado. Los personajes que rodearon a AMLO en su mitin han pasado de cargo en cargo al interior de los partidos, han sido diputados, buscan ser senadores; en otros procesos electorales presidentes municipales o controlan la repartición de puestos. Nada nuevo, así es la izquierda partidista en Oaxaca, apegada a rituales que recuerdan al PRI más que a la democracia partidista moderna.