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Hoy se cumplen 30 días del #DiarioDeCampaña. Las elecciones en México siguen como empezaron. El PRI y Enrique Peña Nieto se mantienen en la punta anunciando el regreso del autoritarismo como forma de gobierno, el cortoplacismo que resuelve necesidades, pero no construye proyectos, es el desprecio a la política. En la otra orilla siguen los indefinidos, aquellos que no han decidido si votarán o por quién. En medio los promotores de la alternancia y transición política mexicana que no han estado a la altura de la ciudadanía mexicana, la izquierda partidista en su babel, la derecha en su incapacidad gubernamental.

Han sido 30 días para las muestras de desprecio por parte de los partidos políticos a la democracia y al proceso de democratización de la sociedad. Recuerdo cuando leí las declaraciones del diputado Rojas del PRI acusando a la alternancia de los problemas que enfrenta el país y reducía todo el proceso a un partido político, olvidando que fueron los mexicanos mediante el voto los que corrieron al tricolor de la presidencia. Después vino Andrés Manuel López Obrador y el mitin donde tomaba la misma actitud del PRI ante la alternancia, reforzando en un encuentro con empresarios que el país no necesitaba reformas estructurales y sí un encuentro con él, la confianza plena en el político sin que las instituciones puedan poner un freno. Al final llegó Josefina Vázquez Mota y Acción Nacional (PAN) a mostrar su desprecio por la democracia cuando no asistió a debatir en MVS con Aristegui bajo el pretexto de la ausencia de Peña Nieto. Por supuesto, no olvido a Gabriel Quadri y su campaña que solo legitima al partido fundado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y su líder vitalicia, Elba Esther Gordillo.

Los políticos mexicanos que están en campaña solo quieren que los mexicanos los escuchen, pero no están dispuestos a escuchar a los mexicanos.

Sostuve al principio del #DiarioDeCampaña que la política se siente desde lo local, ese vómito provocado por la feria y observa el espectáculo mecánico que siempre nos marea. A nivel local se percibe la política, se siente, se asimila, la pensamos como una responsable de nuestra vida cotidiana en los espacios públicos, invade nuestro espacio privado cuando los errores que cometen los políticos cuestan empleos, generan pobres; cuando su terquedad destruye frágiles escenarios de paz; cuando no están dispuestos a permitir que el gobierno de la sociedad avance. Ahí en lo local, la política es directa para el ciudadano, lo daña y favorece directamente.

A nivel nacional la clase política puede anunciar acuerdos, rupturas, propuestas, planes de gobierno, reformas, etcétera, pero solo lo local sabe si son ciertas o falsas. A nivel nacional, las campañas políticas pueden intentar con ayuda de la mercadotecnia política mostrar las diferencias, el espacio local del ciudadano confirmará a la campaña o la desmentirá.

Esta semana que concluye con el primer mes de las campañas electorales en México, son previsibles las mentiras de la mercadotecnia política que se presentan en campaña.

En el PRI, su renovación es más que falsa y solo se han interesado por ocultar a los políticos que durante la primera década del Siglo XXI dañaron a la sociedad: Mario Marín, Ulises Ruiz, Humberto Moreira y el propio candidato a la Presidencia de México, pues durante su gobierno en el Estado de México se violaron los derechos de cientos de activistas, minorías sexuales y se cometieron decenas de feminicidios. El PAN recuerda a estos priistas que están resguardados, pero que no se descartan para ocupar secretarías en el poder ejecutivo en caso del triunfo, en su último comercial. En lo local, los poblanos recordarán la represión de Mario Marín a la periodista Lidia Cacho y la protección a empresarios pederastas. Oaxaca no creo que haya olvidado el terrible sexenio de muertes y endeudamiento que dejó Ulises Ruiz Ortiz, caso similar para los coahuilenses y Moreira.

El Partido Acción Nacional y los mexicanos no pueden separarse de las miles de muertes en este sexenio. Al lado de esas muertes, la pureza que anuncia en esta campaña a la presidencia del país se termina en lo local. Los sonorenses tienen claro que ahí el PAN se alía con el Partido Nueva Alianza, respaldado por el SNTE que no quiere la evaluación de maestros y que a nivel nacional se intentó unir con el PRI. El PAN llama a la congruencia y en lo local muestra su cara urgida de votos.

La izquierda partidista, aquella que siempre se observa como salvadora del país revive al PRI de los ochenta y recoge a Manuel Bartlett en Puebla como candidato a senador, ¿cuánto les duró la molestia por el fraude del 89? Solo 23 años. En la Ciudad de México las muestras por el poder se notan en cada reunión que tienen, los golpes siempre terminan las reuniones, sin acuerdo y sí con burlas. En Oaxaca la izquierda partidista es tan pueril que necesita a Rene Bejarano para mantenerse unida, eso demuestra el próximo evento que tendrá López Obrador en este territorio. Están divididos y copian las prácticas de la Ciudad de México en sus reuniones. En el PRD oaxaqueño caben todos, los que quieren, quienes cumplan con la cuota, desde líderes ambulantes hasta empresarios. Una babel de lucha por el poder. La izquierda partidista mexicana es tan hipócrita que Rosario Robles hace campaña por Peña Nieto; obvio, los izquierdistas dirán que ella no es de izquierda y con ello sentirán que ya acallaron todo.

La elección para Presidente de México sigue viva porque los indecisos están por arriba del 20%, cientos de motivos han de tener, entre ellos el desencanto por la clase política actual que vive de mentiras nacionales desnudas en lo local, el espacio que cada ciudadano vive en carne propia.