Desorientados o descoordinados.

Ayer los desempleados pertenecientes a la extinta empresa de aviación “Mexicana” protestaron a las afueras de un evento de Josefina Vázquez Mota, candidata a la Presidencia de México por Acción Nacional (PAN). El “escándalo” está en los medios de comunicación y se ha convertido en el evento que viene a comprobar que lugar en el que se presente la candidata habrá quien proteste por los errores del gobierno federal actual, sea por los muertos en la lucha o guerra contra el narcotráfico o por los errores administrativos que se han cometido.

Los panistas que están cercanos a Vázquez Mota deben estar preocupados por la seguridad de los eventos, no lo digo porque la candidata de la derecha pueda ser asesinado o sufra un atentado. Menciono el tema porque se daña más a un político en campaña cuando en sus eventos se recuerdan los errores que su partido ha cometido o ella misma. Sobre ella, como mujer y política, sus rivales, espero todavía sigan siendo rivales y no sus enemigos, no han encontrado algo que les permita denostar su imagen. La mayor amenaza es el gobierno de Felipe Calderón y la cantidad de temas que no han tenido una solución satisfactoria para diversos grupos de la sociedad.

No se debe suponer que todos los reclamos a Vázquez Mota en sus eventos son orquestados por sus competidores, pero tampoco se puede descartar. Quedarse en el tema de la especulación sobre quién orquesta estos reclamos es una pérdida de tiempo. Por una parte, es necesario reconocer que para los políticos todo vale en la campaña electoral, no buscan como respetar la ley sino los espacios que deja para hacer cuestiones al margen de la ley sin violarla. Por otra parte, se debe reconocer que los mexicanos tienen la capacidad suficiente para ir a reclamar a un candidato o gobernante, siempre se debe garantizar este derecho, aunque muchas veces no se esté de acuerdo con las formas. Sea como sea, Vázquez Mota se ha convertido en la candidata más vulnerable de todos.

Muy bien, salió parejito

En la televisión se pueden observar las imágenes. Los periódicos tienen la información de lo sucedido y la radio narra cómo panistas y extrabajadores de Mexicana avientan las consignas de un lado a otro. Todo a lo lejos, pero lo sentimos cerca cuando estamos en el sillón, al fin de la campaña se podrá votar por alguno de los candidatos que salen en la tele. Aun así, lo mencionaba el día de ayer, las campañas en lo local también tienen un peso.

Lo local se siente y se percibe como algo real, no lo transmite la tele, lo ven los ojos en las calles que se caminan a diario, lo dice el vecino que no habla por una pantalla sino cuando se le topa en la calle o se comparte un café con él. Lo local es lo real que se puede palpar, no hay intermediario que nos diga cómo interpretarlo. Lamentablemente nuestro espacio casi nunca pasa los filtros para llegar a la televisión y queda en nosotros y en quienes nos rodean.

Es en lo local donde se conoce más al político y las formas en las que operan los partidos político. Ayer en la Avenida Niños Héroes de la ciudad de Oaxaca tuve la oportunidad de fotografiar a los jóvenes que aparecen en las fotos. Sus rostros no reflejan los 18 años de edad, pueden ser menores o mayores, pero sus pubertos rostros llaman a la duda. Entre más años pasan, más se desconfía en la política y más se aprende a vivir de ella. Nuestra realidad es que la mayoría de mexicanos no tienen una visión positiva de ella.

Los jóvenes con esfuerzo se coordinaban. Uno de ellos decía “listos” y contaba “uno, dos, tres… arriba y abajo”. El nombre propio “Benjamín” el apellido paterno, al cual se debe, “Robles”. En la política mexicana todo es válido hasta que la ley compruebe lo contrario. No importa contratar, extorsionar, engañar con propaganda, discursos a los adolescentes, no importa pintar su rostros o darles para las cervezas, no importa ir a las colonias más pobres y enseñarles que sus derechos políticos pueden otorgar recursos económicos aunque se pierda la libertad, al final en México, se ha enseñado que no da de comer.

Parejos "chingaos, put... madre", nos ve la banda, el votante.