Pobreza en municipios de Oaxaca //Fuente: Coneval. Construcción: César Mendoza

En agosto del 2009 escribía que “la idea romántica de encontrar en los pueblos indígenas de Oaxaca una democracia directa como la construida en la Grecia antigua” se había “convertido en el claro reflejo de la disyuntiva democracia/autoritarismo. Intentar generar una sola imagen de ellos, sea positiva o negativa, conduciría -está conduciendo- a vanagloriar un pasado violento y que tan poco propone la integración de todos los actores y sujetos sociales que hoy existen”, sí el aislamiento como una forma de sobrevivir del cacique corporativista en la democracia mexicana.

Oaxaca es el territorio con mayor pluralidad de pueblos indígenas de México. En la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca el artículo 16 habla de esta composición étnica plural y se reconoce “el derecho a la libre determinación de los pueblos y comunidades indígenas se expresa como autonomía”, dicha autonomía le permite regirse bajo el Derecho Consuetudinario, conocido comúnmente como “Usos y Costumbres”. Dichos derechos que van desde la protección de la cultura hasta llegar a los procedimientos políticos se han ido pervirtiendo con el paso del tiempo.

Partidos políticos, grupos de poder, caciques locales, organizaciones sociales y políticos regionales se han aprovechado de la pobreza de las comunidades indígenas para arrebatarles sus derechos políticos. Sin olvidar que en nombre de los “Usos y Costumbres” se han violado los derechos humanos y políticos de decenas de oaxaqueños, como es el caso de la hoy diputada local Eufrosina Cruz Mendoza, cuando intentó competir para ser presidenta municipal de su pueblo natal, Santa María Quiegolani.

Cruz Mendoza es uno de los símbolos de la transición política en Oaxaca. En 2010, encabezó la Cámara de Diputados. En este 2011 mostró su activismo partidista en el proceso electoral interno del Partido Acción Nacional apoyando a Ernesto Cordero, su imagen y simbolismo fueron explotados por el precandidato en comerciales de televisión y en el video juego donde derrota al narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán. Quiegolani, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), es uno de los 15 municipios de México con mayor porcentaje de población en situación de pobreza con el 96.3%.

Mercado electoral

Según el Censo de Población y Vivienda 2010, Oaxaca tiene una población de 3 millones 801 mil 962 habitantes de los cuales un millón 165 mil 186 son indígenas, ciento 88 mil 230 no hablan español.

Debido a la pluralidad y respeto a las comunidades indígenas que se otorgan en la Constitución de Oaxaca en este territorio se habla de “procesos electorales”, en plural, pues los pueblos indígenas tienen el derecho de organizar sus elecciones siempre y cuando avisen a la autoridad electoral, la cual hace de administradora, organizadora y sancionadora del proceso cuando hay conflictos o es necesario repetir alguna elección local.

El Código de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Oaxaca (CIPEEO) dedica su Capítulo Tercero a los municipios normados por el “Derecho Consuetudinario Electoral y del Procedimiento de Elección” en el cual reconoce que las autoridades municipales “deberán informar por escrito al Instituto, el régimen que adoptarán para el nombramiento de los integrantes del Ayuntamiento (artículo 134)”; además,la “asamblea general comunitaria del Municipio decidirá libremente la integración del órgano encargado de nombrar a la nueva autoridad, con base en su tradición o previo acuerdo o consenso de sus integrantes (artículo 136)”. El capítulo termina diciendo en el artículo 138 que los “partidos políticos bajo ninguna circunstancia podrán intervenir en el proceso de elección de Concejales Municipales, en aquellos Municipios que se rigen bajo normas de Derecho Consuetudinario … los Ayuntamientos electos bajo normas de derecho consuetudinario no tendrán filiación partidista ”.

A pesar de la claridad del CIPEEO, los partidos políticos han encontrado mecanismos para operar políticamente en los procesos electorales de los municipios de Usos y Costumbres, pues el mercado de votos que representan no es pequeño. Según la página web “usosycostumbre.org”, administrada por una de las organizaciones de la sociedad civil defensoras del Derecho Consuetudinario, EDUCA, en el año 2007 de los 570 municipios que existen en Oaxaca 418 realizaron sus elecciones bajo “usos y costumbres”.

Los “usos y costumbres” rigen a nivel municipal, pero para las elecciones de diputados locales y gobernador, estas comunidades se integran como el resto de los oaxaqueños al sistema de partidos políticos. Lo cual indica que los profesionales de la política busquen tener presencia en los más de 400 municipios de usos y costumbres.

Poco a poco los partidos políticos después de décadas de dominio priista y bajo la lógica del cacicazgo político para el control de la unidad del sistema político, el municipio, y la tradición del liderazgo indígena que encarna la figura del “mesías mexicano”·que retrata en su ensayo “Idols Behind Altars” la antropóloga Anita Brenner (1929), la operatividad del autoritarismo y la centralidad del poder, permitieron que los usos y costumbres se quedaran en papel, la elección de autoridades indígenas bajo asambleas comunitarias como un mecanismo, pero la decisión y división de los pueblos se da bajo la tutela, financiamiento y lógica de los partidos políticos, quienes financian a algún grupo de los pueblos. Así, PRI, PRD y PAN han operado al margen de los “usos y costumbres” y lucrado con el hambre de los más pobres de Oaxaca, los indígenas. El Índice de Desarrollo Humano en México es de 0.8304 para un mexicano no indígena, mientras que para un indígena este es de 0.7057. El IDH es favorable entre más cerca esté del uno, lo cual demuestra que ser indígena es garantía de peores condiciones de vida.

Del cacicazgo al corporativismo

Municipios de Oaxaca con mayor índice de pobreza extrema // Fuente: Coneval. Construcción: César Mendoza

El cacicazgo político arraigó en las comunidades con un alto porcentaje de población indígena por las costumbres que tenían desde antes de la conquista española. El líder indígena veía por su tribu y operaba como unidad ante otras comunidades indígenas con las cuales rivalizaban. En el México autoritario la figura del cacique permitió el control de la política local al Partido – Estado, pero entre más avanzaba la burocratización del partido y de los gobiernos, el cacique dio paso a la formación de corporaciones políticas que terminaron por negar la individualidad de la participación.

En Oaxaca las organizaciones políticas siguen operando bajo el corporativismo político del siglo XX, dominan comunidades enteras y deciden quién gobierna, cómo se gobierna; negocian con los poderes del estado de Oaxaca y a nivel nacional.

Ejemplos hay muchos en el territorio oaxaqueño, desde las organizaciones de la región Triqui que integran a los indígenas para brindarles protección y oportunidades de seguir sobreviviendo. En esta región no sólo se es “triqui” sino Triqui-Mult, o sea, se pertenece al Movimiento Unificado de Lucha Triqui, base del partido local Unidad Popular (PUP); la cual está enfrentada a las organizaciones Unión de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort), señalada como grupo afín al PRI, y el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Indepeniente (MULTI), confrontados entre ellos. Son los “movimientos” quienes negocian los recursos, quién los recibe, quién avanza, quién vive, quien muere. La paz en la zona depende de ellos.

La alternancia de partidos políticos tuvo consecuencias en los municipios, los caciques y sus grupos corporativistas vivieron el cambio de posiciones de poder en los cuales no salían beneficiados, acostumbrados a la violencia controlada y la protesta como mecanismo de presión, desconocieron los procesos electorales donde perdía el grupo hegemónico histórico, en su mayoría apegados al PRI, pero tampoco estuvieron exentos los partidos de la coalición. La inclinación de la balanza política se decidía por los contactos con los diputados y secretarios del gobierno estatal. Al gobierno de la alternancia no sirvió de mucho tener académicos de la UABJO y estudiosos de “los usos y costumbres”, convertidos en secretarios y asesores para evitar las muertes provocadas por los grupos; al contrario, no faltaron organizaciones que acusaran a Fausto Díaz Montes, ex investigador de Instituto de Investigaciones Sociológica de la Universidad de Oaxaca de intervenir en favor de un grupo. Los muertos llegaron y continúan.

En enero de 2012 la muerte por conflictos electorales, ejidales y las protestas para esclarecer crímenes de dirigentes de organizaciones indígenas o campesinas como consecuencia de las elecciones del 2010 continúa. El escenario emblemático se localiza en la Mixteca Oaxaqueña en los pueblos de Yosoñama y San Juan Mixtepec.

San Juan Mixtepec y Yosoñama, corporativismo por uso y costumbre

San Juan Mixtepec y Santo Domingo Yosoñama viven un conflicto añejo por la delimitación de tierras en la Mixteca oaxaqueña. El Tribunal Unitario Agrario definió y determinó que las dos mil 720 hectáreas en disputa entre los dos poblados, pertenecen a San Juan Mixtepec, informó la Secretaría General de Gobierno de Oaxaca el 12 de diciembre de 2011.

El 22 de enero de 2012, los diarios locales señalan que hombres armados provenientes de Yosoñama atacaron a habitantes de San Juan Mixtepec que habitaban en la agencia de Pueblo Viejo. Un muerto y dos heridos fue el saldo.

Por Yosoñama el líder de Antorcha Campesina en Oaxaca, Gabriel Hernández, salió a deslindar a su organización de la violencia. Por San Juan Mixtepec el presidente municipal, que vive un conflicto postelectoral, informó al subsecretario de Gobierno, Fausto Díaz Montes, de la situación. Las patrullas que envió el gobierno estatal fueron detenidas por integrantes de la organización Red Internacional de Indígenas Oaxaqueños (RIIO) cuando “pensaron” que eran para apoyar a Yosoñama, pero fueron “soltadas” cuando el líder de RIIO, Adolfo Gómez, recibió la información de la solicitud de la fuerza pública por parte del presidente de San Juan Mixtepec, Feliciano Martínez Bautistas. ¿Quién manda en la zona? Las organizaciones.

En entrevista con medios locales, Gabriel Hernández señaló que hay dos organizaciones apoyando a San Juan Mixtepec: RIIO y Movimiento Social para la Unificación de Mixtepec (Mosum). Por su parte, en declaración al periódico Noticias, Mauricio Gijón Cernas acusó injerencias de Antorcha Campesina que han empantanado el conflicto agrario. Un muerto más y la tensión de la zona, mientras las organizaciones son las protagonistas en vez de las autoridades elegidas y establecidas en todos los niveles.

En Mixtepec, la palabra unidad también se pone en tela de juicio entre sus habitantes y las organizaciones que controlan la política. Al lado del Mosum y RIIO, se comparte el poder con la Confederación Nacional Campesina (CNC), apegada al PRI, quien perdiera a su líder regional y candidato a la presidencia municipal de este poblado, regido por usos y costumbres, los cuales prohíben la injerencia de partidos políticos, tras ser asesinado presuntamente por el policía municipal Celestino López Hernández.

El cacique es lo de menos en estos pueblos donde los “usos y costumbres” han sido utilizados a favor de los partidos políticos, importan los grupos corporativistas respaldados por los profesionales de la política, desde el gobierno o los partidos.

En el conflicto actual entre Yosoñama y San Juan Mixtepec, no importa la gente, sino nombres como Antorcha Campesina, Mosum y RIIO. Nadie ha respetado la ley, pero todos esperan negociar con ella. Aquí no importa el indígena, sino a qué organización pertenece.