Lopate contra la alegría de vivir

Portada: Lopate vs la Alegría de Vivir

No a todos gustan los rituales sociales, eso que nos hace encajar en grupos y tener amistades que comparten posiciones ante el momento y lo público. Todos los grupos tenemos rituales sociales, pero algunos son más aceptados por la mayoría y aquellos que no los practican, las minorías, siempre son unos raros.

En el round uno de la colección Versus de Tumbona, Phillipe Lopate escribe contra “La alegría de vivir”, crítica a los que viven el presente sin ver más allá de él. Aceptar que nuestra vida contemporánea nos ha atrapado en la dictadura del presente es comúnmente un tormento, sobre todo porque existe la posibilidad que para trascender en los círculos sociales, brillar en “sociedad”, tengamos que vivir sólo el presente.

Lopate critica en un primer momento aquellos que solo pretenden vivir el ahora y se esfuerzan por seguir vigentes en el presente. Así nos habla de un griego que a su avanzada edad pretende mantener su vigorosidad sexual como la de un joven que escapa a todo compromiso y vive como cualquiera quisiera vivir: en la fiesta, en el centro de atención y rodeado de mujeres hermosas que sólo buscan la satisfacción sexual.

Encajar en los grupos sociales es cumplir con la perorata de rituales, criticar todo aquello que está fuera del grupo, resolver intelectualmente al mundo, pero sin que el grupo cambie, que todo quede y no afecte la alegría de vivir de los integrantes.

Lopate para cumplir su cometido de criticar la alegría de vivir narra sus propias experiencias sobre esta alegría momentánea que, según él, no puede perdurar. Así pasa de la historia del griego feliz a los postulados de las reuniones sociales donde los anfitriones siempre son una exquisitez de buen gusto y como poco a poco todos exteriorizan un pensamiento superficial que lleva a las doctrinas de la buena crítica que no afecta nada, si en un momento el tema se vuelve especializado, se focaliza, es necesario parar, mirarse entre los único interesados y dejarlo para el momento de las charlas personales.

El autor acepta que hubo un momento de su vida en donde conoció la felicidad y la alegría de vivir, aunque no fue momentánea, ni presente como la vida de una mariposa, sino aquella vida tranquila que se lleva poco a poco. Tranquila en el sentido de construir la felicidad, saber que todo los días tendrás alegría. En otras palabras, Lopate habla del amor que tuvo hacia su esposa y cómo perdió aquello que lo hacia feliz y le daba alegría todos los días.

En este sentido, Lopate reconoce la necesidad de la alegría de vivir, pero aborrece algunas formas que no lo satisfacen del todo, aquello momentáneo que se confunde con la excitación carnal y no explora en el sentimiento humano. Aun así, tenemos la necesidad de la alegria de vivir que será un impulso para vivir en el momento.

Una vida loca, una vida tranquila, la cuestión es encontrar la alegria de vivir. Ningún modelo es único, aunque la vida tranquila no está exenta de la excitación, sí tiene la posibilidad de dar tiempo de vida, ritmos que conducen el presente y apuestan al futuro: tener mas después de la resaca y las camas que no sirven para dormir.

Lopate se decanta por aquella vida que da alegría de vivir cuando construye, que no es momentánea, que no se queda en la dictadura del presente. Su apuesta no es un versus contra la vida, sino contra lo social que nos impone sacrificar la vida de mañana para no aislarnos del presente, contra la exageración del ahora que no permite la posibilidad de vivir en el tiempo, contra el no construir, contra lo superficial.

Aunque cada uno, a su tiempo, encuentra su alegría de vivir.

  • Lopate, Phillipe (2008). Contra la alegría de vivir. Colección Versus. Tumbona-Conaculta: México

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