Javier Sicilia

OAXACA, México.- La Caravana por la Paz que recorrió el sur del país, visitó Oaxaca en un escenario conflictivo entre las organizaciones sociales y el reconocimiento de la violencia política que existe en este estado.

Javier Sicilia encontró apoyo a la causa que no sólo encabeza él, sino también decenas de mexicanos que han logrado generar el movimiento social que lo ha encumbrado como la figura más visible de la caravana y el llamado “¡Hasta la Madre! Pero también ha encontrado a diversas organizaciones, movimientos sociales y gremiales que lo han encumbrado, en un viejo ritual autoritario, como el Tlatoani que tenía que venir a resolver sus problemas. El poeta no ha resuelto nada y sí la división entre las organizaciones de izquierda terminó por opacar la visita de la Caravana.

El mitin en el Zócalo de la ciudad de Oaxaca se convirtió en un evento de reclamos y muestra clara de las divisiones entre organizaciones después de la alternancia en el poder ejecutivo estatal.

Los indígenas Loxicha no perdieron la oportunidad de ser protagonistas esa tarde noche y evidenciar que la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) no ha cumplido su palabra de encabezar la defensa jurídica de los presos políticos de este municipio. Los Triquis también pidieron paz para su zona, aunque la cuestión no es nada sencilla en este caso, pues tendríamos que plantearnos ¿qué movimiento social y organización Triqui defiende la paz cuando todas han sido acusadas de realizar matanzas de indígenas Triquis?

Por otra parte, si Sicilia se ha convertido en la figura que representa la paz, el diálogo, la recuperación del espacio público; Azael Santiago Chepi, líder de la S-22 del SNTE, representa la antítesis del poeta, ya que sólo se puede pensar en el movimiento magisterial como aquel que por medio de la violencia del número ha contribuido al secuestro del espacio público y de convertir el diálogo en chantaje político cuando ven amenazados sus intereses de grupo. Sí, si algo representa la S-22 es el secuestro de la educación pública en Oaxaca y la violencia de las organizaciones oaxaqueñas.

Sícilia ha encontrado a los movimientos y organizaciones sociales oaxaqueñas totalmente confrontadas y provocando violencia verbal entre ellas. En este sentido, las organizaciones sociales de este estado no pueden contribuir a la idea de paz que promueve la Caravana por la Paz porque entre ellos se violentan; además, ellos mismos se han empecinado en reproducir métodos violentos como mecanismos para ser escuchados por los gobernantes.

El problema con las organizaciones y movimientos sociales es que siguen atrapados bajo la lógica autoritaria y no han comprendido el proceso de transición política, del cual han sido protagonistas.

El camino de la Caravana por la Paz en Oaxaca ha presenciado que su movimiento puede perder legitimidad por la forma en la que han actuado las organizaciones y movimientos sociales, pero es necesario señalar que una cosa es la Caravana por la Paz y otra aquellas organizaciones que pretenden apoyarlo. Si logran mantener esta separación, será positivo para el movimiento, sino tendrán el mismo destino de la Otra Campaña del EZLN, la cual se perdió entre los reclamos y presiones de los movimientos que pretendían apoyarlos.

Nota: Publicado en la Revista Mujeres en la edición de octubre 2011