OAXACA, México.- Paula Moreno ha logrado despertar el interés por los secuestros y desapariciones de personas en Oaxaca como un delito que no tiene motivos políticos.
Carlos René Román Salazar es el secuestrado político, como lo ha manejado la S-22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que tiene este gobierno, no porque lo haya provocado, sino porque lo permitió y no ha podido resolver este delito, que lo ha llevado a pagar altos costos políticos.
Hay distinciones y coincidencias claras entre la desaparición de Moreno y Román Salazar. La coincidencia es que los dos han perdido la libertad por la incapacidad del gobierno para garantizar que las personas no sean secuestradas, sea por bandas que hacen “encargos políticos” o por motivos económicos.
Distinciones hay muchas. De Moreno sabemos que llevaba una vida como ciudadana “común” y “silvestre”, de Román Salazar que ostentaba un cargo político al interior de los grupos de poder de la S-22 y que su secuestro trascendió por pertenecer a esta agrupación política.
De la desaparición de Moreno nos hemos enterados porque sus familiares han decidido que ella deje ser un número en un archivo del sistema de justicia oaxaqueño, para pedirle a la ciudadanía que los ayude a recuperarla, pero también su presencia en lo público por su ausencia ha provocado que los oaxaqueños entiendan que Oaxaca no está exento del crimen de violencia.
En el caso de Román Salazar, el gobierno de Oaxaca desde un inicio se puso a trabajar para tratar de encontrarlo y no ha escatimado en recursos económicos para mostrar a la S-22 del SNTE que está haciendo todo lo posible para encontrarlo y evitar que la relación con el magisterio se siga desgastando.
Lamentablemente la forma en que ha actuado el gobierno de la alternancia en estos dos casos que son emblemáticos en la actual ciudadanía oaxaqueña, son diametralmente opuestos, mientras que para el maestro de la S-22 ha existido hasta un promocional en el canal de tele oficial (CORTV), para Moreno solo largas y silencio, ha bastado un comunicado. Con esta forma en la que se ha actuado, el gobierno demuestra que sólo le importan aquellos casos que puedan afectar su estabilidad política. Además, demuestra que en los hechos, a pesar de los discursos de Gabino Cué, para ellos existen ciudadanos de primera y segunda en Oaxaca, no por el color de piel o posición económica, sino por su poder político.
En la sociedad oaxaqueña, también se pueden distinguir dos formas de actuar de la ciudadanía y de percepción en la prensa, sean oficialistas o priistas (aquí no hay prensa independiente y sí muchos dolidos). El caso de Román Salazar no conmovió a la mayoría, sino que preocupó por cómo podía reaccionar la S-22. Moreno ha conmovido y preocupado, primero por demostrar que los secuestros existen en Oaxaca y, segundo, porque las autoridades han mostrado su indolencia ante el caso.
Sean secuestros políticos o económicos, nadie debe de perder su libertad por su posición económica, social o política. La democracia actual necesita que la libertad esté garantizada, si no es así, el ciudadano desaparece hasta convertirse en un individuo que solo vela por su espacio privado y no le importa la debacle del espacio público.
#TeoríaChechariana
#PaulaMoreno y el activismo de su familia demuestran que la voz de la ciudadanía es la ciudadanía, nadie más.
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