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Después de dos partes pesimistas, el autor considera que los valores y percepciones en los oaxaqueños comienza a cambiar y viven un enfrentamiento con las tradiciones heredadas del viejo régimen autoritario.

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Primera Parte: Por los que odiamos a la S-22

Segunda Parte: Por los que odiamos a la S-22

OAXACA, México.- Durante los dos primeras partes de este texto, he planteado, primero, que en Oaxaca se comienza a manifestar un odio hacia el autoritarismo y el cual muchas veces es identificado por medio de organizaciones que siguen negociando con el gobierno de la alternancia como si lo hicieran con el viejo régimen. Por supuesto, tampoco se debe interpretar esto como que el actual gobierno quiere hacer negociaciones transparentes, pero sí se ha visto obligado a tener un grado de transparencia por el contexto de la transición. En el terreno de la transparencia para fortalecer la democracia en Oaxaca hace falta mucho por hacer y que en verdad se tenga voluntad para hacerlo.

Oaxaca y sus vecinos en la ENVUD.

Por otra parte, he señalado que según los datos de Alejandro Moreno que ha estudiado de la Encuesta Nacional de Valores sobre lo que nos Une y Divide a los Mexicanos (ENVUD), en Oaxaca la democracia tiene un apoyo realmente alto y un número de ciudadanía crítica nada despreciable, lo cual puede ser un empuje importante para que esta avance y se instaure. Criticada y alabada, la Reforma Política en Oaxaca es uno de los avances que necesitaba la democracia.

Durante la realización de este trabajo, que comenzó cuando la S-22 del SNTE estaba en el Zócalo de Oaxaca en “plantón indefinido”, he ensayado sobre la realidad política que, desde mi opinión, se está viviendo en Oaxaca. Mi punto es que el cambio político nunca es superficial, sino que siempre afecta al fondo, de allí parte la idea del “odio” hacia una forma de hacer política y no sólo ante los símbolos. La S-22 se ha ido del Zócalo y el balance de lo que ha sido la prueba fundamental para el “gobierno de la alternancia” ha llegado, pero también se ha podido observar cómo diversos grupos de la sociedad oaxaqueña se han activado ante “el paro indefinido”. También diversos analistas políticos e intelectuales han manifestado su opinión sobre lo que pasa en Oaxaca. Por ello, quiero terminar este texto, primero, haciendo un balance sobre lo que ha pasado, las reacciones políticas, sociales y económicas (la coyuntura de mayo), acompañadas de una serie de referencias sobre datos del ENVUD que Moreno ha dado a conocer. Después, defenderé la separación entre gobierno, sociedad política y civil, para señalar que los ritmos y tiempos son muy distintos, pero que se dan en covarianza (positiva, mixta y negativa).

Entre lo coyuntural y el bono democrático

Siempre es importante distinguir entre lo que sobrevive en el tiempo cuando un evento temporal ha pasado, como ha sido el “plantón indefinido” de la S-22 en el mes de mayo que ha terminado.

Ha sido un evento donde el magisterio ha tenido que soportar una serie de críticas, como lo ha hecho el gobierno. Casi todas provenientes de los únicos afectados: la ciudadanía.

Sólo estas dos unidades del sistema político, gobierno y S-22, sabrán si toman en cuenta todo lo que ha pasado y el contexto en el que se ha dado. Queda claro que la forma en que la fuerza, la pérdida de clases y el chantaje político ya no son bien visto por distintos grupos de la ciudadanía.

Es muy probable que el cambio que se gestó el 4 de julio del 2010, empiece a mostrar que este es más profundo que la entrega del voto a alguna opción política. La profundidad de la transición política, como una cuestión de cambio, es que busca reinvindicar la política, cambiar de formas en cómo se lleva un gobierno y, sobre todo, los procesos de institucionalización que la sociedad exige para tener una mejor convivencia. Lo que comúnmente llamamos apoyo a la democracia, el bono democrático, ha puesto en tela de juicio a la S-22

Las consecuencias del plantón de la S-22

Después del plantón de la S-22 del SNTE se pueden sacar diversas conclusiones. Es normal que la pregunta que se realice en materia de poder es ¿quién ganó?, pero hay más cuestiones que este evento ha demostrados. Aunque no es una lista exhaustiva, estos puntos sobresalen por la claridad que dan para estudiar lo que está pasando en Oaxaca:

  1. Sistema de cuotas. El intelectual mexicano Sergio Aguayo Quezada publicó el 25 de mayo en el periódico Reforma, que en Oaxaca se estaba viviendo un “sistema de cuotas” como consecuencia de la alianza que se llevó acabo para vencer al PRI, enemigo común de todos aquellos que buscaban la alternancia en el poder ejecutivo, ya que el otrora partido oficial representa “el autoritarismo”. En su escrito, Aguayo Quezada señala que ahora el sistema de cuotas puede estar cobrando sus primeras facturas: “El resultado es un gabinete con lealtades compartidas y notorias ineficiencias. La norma pareciera ser que avanzan aquellos temas a los cuales el gobernador puede dedicarles tiempo; todo lo demás se desvía, frena o paraliza”. En efecto, si algo mostró el plantón indefinido fue el funcionamiento del “sistema de cuotas” y la ineficiencia de muchos funcionarios, pero también que la S-22 está acostumbrada a estas cuotas que por medio del chantaje exige: “Si los maestros de la Sección 22 están en plantón permanente es, sobre todo, por la fascinación con la cuota. Repudian a Elba Esther Gordillo pero imitan la ferocidad con la cual «La Maestra» disputa la tajada presupuestal”.

  2. Gabino y el umbral de tiempo. Fueron días feroces los del “plantón indefinido” de la S-22, pues su “accionar” radical se dio en un tiempo corto si se compara con los plantones de mayo de otros años. La S-22 está acostumbrada a que el tiempo puede pasar y ellos siguen en plantón, pero esta vez tomaron calles, edificios, cierres de comercios y vía de comunicación en menos de una semana. Esto denota que el tiempo esta vez no jugaba de su lado y que sus acciones sólo llevaron a que diversos grupos de ciudadanos manifestaran su repudio de manera pública o en las redes sociales, como lo hizo el llamado grupo “Por los que odiamos a la S-22”, el cual se conformó por este paro. La debilidad de organización de la sociedad civil en Oaxaca también quedó demostrada en este evento. Aun así, el tiempo con el que se resolvió el paro está por debajo del umbral que se tiene desde el 2006, donde casi siempre se tiene un mes sin clases.

  3. El accionar radical de la S-22 y la división. Agregando al poco tiempo que duró el plantón, pero que estuvo marcado por las protestas radicales que hicieron los mentores, el hacer público a pocas horas de que iniciara el plantón las respuestas que había dado el gobierno de Oaxaca, provocó incertidumbre no sólo en la sociedad, sino al interior del magisterio, ya que a inicios de la segunda semana del plantón los líderes anunciaban que continuaba, pero que se haría la consulta a las bases. Confiados en que siempre respaldan sus decisiones, las bases se dividieron y el acuerdo fue irse al final de la segunda semana, los moderados se impusieron y, es muy probable, que nuevas corrientes puedan aparecer al interior del magisterio para hacer frente a las corrientes tradicionales. En la derrota, los grupos radicales consideraron seguir con el nivel de las manifestaciones, pensando que podrían obtener puntos, pero la segunda semana marcó mayores rupturas con la sociedad.

  4. Empresario pragmáticos no democráticos. Durante el conflicto no sólo surgieron públicamente grupos que mostraron su indignación hacia hacia la afectación de los derechos de terceros y de la educación en Oaxaca, sino también sectores organizados, como los empresarios, que trabajaron para su propio beneficio así afectaran a la democracia y mostraran que no les importaba aliarse con quien fuera con tal de no salir tan perjudicados. En su defensa pueden argumentar que la desesperación y los cinco años que han enfrentado después del 2006 los mantiene en una crisis que los tiene más cerca de “quebrar” que de salir airosos, pero el problema es que sus opciones de solución no son acordes con la democracia y sí con las viejas prácticas políticas autoritarias. Las “perlas” sobre esta forma de hacer política y cabildeo las ha dado Griselda Lorenza, quien en una primera instancia criticó la forma en que se manifestaban los maestros de la S-22 y que afectaba de manera directa a los comerciantes del Zócalo de la ciudad de Oaxaca, que en su mayoría vive del turismo. El 25 de mayo, la líder de comerciantes anunció que había llegado a un acuerdo con el líder de los maestros, Azael Santiago Chepi, para que movieran su campamento de las puertas de los comercios y a cambio los “comerciantes establecidos unirse a la lucha magisterial (Adnsureste.info 25/05/2011)”. En otras palabras, ellos aceptaban que las formas de manifestarse de los maestros serían toleradas, siempre y cuando no los afectaran. El resto de los empresarios no se manifestó.

  5. Zárate y el “ejemplo magisterial”. El intelectual Alfonso Zárate en el diario “El Universal” publicó el 26 de mayo que los maestros de la S-22 del SNTE se habían convertido en una “pandilla sindical” que ya sólo estaba viendo por sus intereses y que su poder había logrado doblegar al gobierno de la alternancia, algo muy cierto y que también señala Aguayo. Al lado de este apunte hay una cuestión mayor que puede estar dentro de las razones que expliquen la molestia de diversos grupos de la sociedad que siempre se había callado o apoyado a la S-22: “Año tras año se repite el ritual: exigencias desmesuradas acompañadas de bloqueos, plantones y movilizaciones de quienes debían estar enseñando civismo, matemáticas, gramática y valores en las aulas”. Después de ver el comportamiento de los mentores oaxaqueños en su plantón, donde las horas se pasan entre bloqueos donde duermen y la forma en que llenaron de basura el Centro Histórico de Oaxaca, se genera una imagen negativa y desconfianza sobre los que educan a la niñez y juventud oaxaqueña. “La calidad educativa ha caído por los suelos: un Estudio de Mexicanos Primero de noviembre del 2010, ubica a Oaxaca en el último lugar en el índice de “desempeño educativo incluyente” a nivel primaria y en lugar 31 en el nivel secundaria”.

El bono democrático

Al lado de las consecuencias que ha dejado el “plantón indefinido” de la S-22, Alfonso Zárate apunta la posibilidad que tiene el actual gobierno, por medio de la legitimidad de origen, de trastocar la forma en que se hace política en Oaxaca, incluidas las prácticas de la S-22: “Quizás por su propio origen democrático y por el respaldo social, Cué puede poner límites. Cuenta con la legitimidad y le asisten la ley y la razón para hacerlo, pero no será fácil. Si se dobla y cede a las pretensiones de ese grupo, habrá cavado su tumba política”.

Alfónso Zárate se refiere al bono democrático que el proceso del 2010 le ha dado al gobierno de la alternancia, pues el proceso electoral que les permitió acceder al poder es sólo uno de los puntos que ha manifestado la sociedad oaxaqueña para apuntar como única solución a los problemas de Oaxaca a la democracia. En efecto, no sólo se trato de darle el voto a un partido distinto, esto es sólo lo superficial, sino de mostrar el rechazo que se tiene hacia una forma de hacer política. Ya Alejandro Moreno apunta la profundidad del cambio político en el 2000 a nivel federal con el triunfo de Vicente Fox: “El 2 de julio fue la expresión de una sociedad cuyas actitudes hacia el cambio han sido entre moderadas y conservadoras, un intento por probar algo nuevo, por renovar su ya deteriorada imagen sobre la política, el gobierno y las instituciones, y a verse a sí misma como responsable de sus propias decisiones”.

El 4 de julio del 2010 en Oaxaca no sólo manifiesta un cambio de partidos políticos en el núcleo del sistema político oaxaqueño, sino que al ser la primera “alternancia” simboliza el “probar algo nuevo” para intentar solucionar los problemas, el cual implica la participación ciudadana.

La demostración de esta nueva actitud y el buscar una nueva forma de solucionar los problemas públicos en Oaxaca, como el mejorar la convivencia, se tienen que buscar en la nueva actitud del oaxaqueño hacia los problemas que enfrenta a nivel local y nacional. Comúnmente en el “viejo régimen” se dieron por sentadas una serie de apreciaciones sobre lo que es Oaxaca y su sociedad. Entre ella localizamos la creencia de que un “líder mesiánico” podrá llevar a todos a un mejor puerto; la importancia de las leyes no escritas del sistema por encima de las instituciones; el odio hacia el extranjero reflejado en los Estados Unidos; el apoyo a propuestas de izquierda que legitimaban las manifestaciones y la idea del “pueblo” bueno; la crítica hacia el modelo económico que impera en el mundo actual, entre otras. Estas ideas tienen que comenzar a ser “desmitificadas” pues la pluralidad que hoy se manifiesta con permiso en la sociedad oaxaqueña muestra que eso puede ser parte del pasado y que hay una nueva apuesta y respaldo a lo que se pensaba odiado o culpable del atraso.

En medio del bono democrático que se vive en Oaxaca desde el 4 de julio del 2010 se levantó la ENVUD a la que me he referido en este ensayo. Del 13 de noviembre al 15 de diciembre los oaxaqueños, con una muestra representativa, respondieron a interrogantes que intenta demostrar los valores que nos unen y desunen como mexicanos, hay datos que permiten observar cómo piensa el oaxaqueño actual que no se deben echar en saco roto.

Oaxaca y la ENVUD.

Los dos cuadros que acompañan a esta tercera parte del ensayo muestran que la principal preocupación del oaxaqueño y que considera debe ser la tarea principal del gobierno es el “combate a la pobreza” con un 47% de menciones. Lo sorprendente es cuando se le pregunta sobre la educación, sólo el 7.5% de los oaxaqueños encuestados considera que debe ser la “tarea más importante del gobierno”.

En este sentido, el problema de la S-22 del SNTE está más ligada a la forma en que protestan y hacen que sus demandas se cumplan, el llamado chantaje y capricho político. Así, el problema del plantón de la S-22 puede indicar que hay un hartazgo por la forma en que los grupos hacen política y quieren imponer su visión. Por supuesto, también indica que dicha forma responde a una lógica de actuación por parte de un régimen político, el autoritario.

Aunado a estos dos resultados se tiene que apuntar que el porcentaje “que opina que la democracia es una buena forma de gobierno” oscila en el rango de apoyo que va del 90 al 100% según los datos del ENVUD y, además, el porcentaje de oaxaqueños encuestados que “opina que el comercio mundial es bueno” va del 60 al 80%. Datos que vienen a romper la creencia de que Oaxaca es un territorio donde los movimientos de izquierda han logrado convencer a la mayoría de las personas que el neoliberalismo le ha hecho un daño terrible a la sociedad.

Aunque estos datos son de percepción, indican que el problema que se vive en Oaxaca es percibido como algo que no es culpa del exterior, de lo extranjero, sino que se torna como un mal que pertenece a la propia lógica de la política interna que afecta al resto de los sistemas (económico, cultural y social). Podemos sumar a estos datos el que indica nuestra percepción sobre los Estados Unidos, el cual en una calificación del 1 al 10, donde 1 es la peor calificación y 10 la mejor, obtiene la calificación de 5.8.

Al igual que la mayoría de los datos sobre cuál debe ser el principal objetivo de México, el bienestar y la economía (bienestar económico) alcanzan el 62%, mientras que las preocupaciones sobre la legalidad y la democracia (funcionalidad institucional) son del 38%, pero vale decir que el bono democrático en Oaxaca da una fortaleza especial en este tema, pues los oaxaqueños en su gran mayoría se consideran demócratas y cuentan con un porcentaje elevado de ciudadanía crítica. Hay una solución única que comienza a arraigarse entre los oaxaqueños, esta tiene que ver que mientras los problemas políticos no se resuelvan casi nada puede avanzar y para ello solo sirve la democracia.

El odio no es hacia las personas entre los oaxaqueños, es hacia una forma de hacer política que intenta ser erradica por medio de la democracia, el régimen político que siempre tiene una serie de debilidades y riesgos que sólo pueden ser enfrentados por la sociedad, pues es esta la que la hace fuerte, no el gobierno. De allí que el gobierno de la alternancia puede tener sus propio ritmo y sistema de cuotas, pero esto no va con el propio ritmo de la sociedad civil, parte activa de la sociedad en general.

El paro indefinido de la Sección 22 del SNTE ha mostrado que muchas cosas están cambiando, pero los datos que nos da el ENVUD muestran una nueva actitud y percepción de lo que sucede en Oaxaca y su relación con el exterior; no me queda duda, Oaxaca se está sumando al proyecto democrático del país, los riesgos y pendientes existen, pero hoy la democracia tiene permiso entre los oaxaqueños.

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