Los nuevos críticos en Oaxaca
Los nuevos críticos en Oaxaca

OAXACA, México.- En Oaxaca anda desatada la oposición al gobierno de la alternancia y este ha decidido hacer todo lo que esté a su alcance para dar motivos a la crítica y mostrar cómo desgasta poco a poco su legitimidad. En medio de estas voraces “críticas” han quedado atrapadas en el mal uso conceptos que sólo se utilizan en los textos periodísticos para respaldar determinada posición y al rato una contraria. En otras palabras, dicen todo y nada.

Democracia, gobierno de la alternancia, transición política, autoritarismo, sociedad civil, entre otras conceptos han sido realmente estirados, mega-ultra-ar-chi-re-que-te-con-tra re-definidos por quienes en una labor de “nueva crítica” que les ha nacido desde que el Partido Revolucionario Institucional cayo en Oaxaca, hablan de las fallas del gobierno de Oaxaca y se sienten atacados por aquellos que les recuerdan su actuación en -al menos- los tres últimos sexenios priistas.

Hasta el momento, los “nuevos críticos”·han ocupado el lugar que dejaron vacío los “viejos críticos” del PRI. En este sentido, los viejos críticos demuestran que su crítica no iba al régimen de gobierno que existía en Oaxaca, sino a la forma en que gobernaba el grupo en el poder y que la hacía porque se sentía desplazada de los puestos centrales de poder.

¿Qué pasa si se hace una crítica a los nuevos críticos? En primera, se vuelve uno políticamente incorrecto y, segundo, de oficialista no lo bajan. ¿Por qué políticamente incorrecto? Porque desde la alternancia en el poder a nivel federal, los medios de comunicación encontraron el excelente deporte de pegarle al gobierno en lo que fuera, más allá de sentarse un momento a analizar las cifras, investigar datos y aprender a criticar errores y aplaudir aciertos, aunque después de esto siempre es necesaria la propuesta para mejorar lo criticado.

Si en el régimen autoritario mexicano encabezado por el PRI lo políticamente correcto era celebrar al Presidente de la República, al Gobernador del Estado donde se publicara el medio y al Presidente Municipal, en los diez primeros años del postautoritarismo lo políticamente correcto es criticar a los gobernantes como sea, aunque se cometan cientos de errores en estas críticas.

En primera, hay que reconocer que un síntoma del avance democrático en Oaxaca, muy mínimo y que se ocupa para dañar más que para construir, es aquel donde los medios que en determinado momento no se atrevieron a criticar al PRI ahora están aprendiendo a criticar. Si en su momento no lo hicieron, sus motivos “particulares” tendrán. Por supuesto, el hecho de que critiquen al gobierno de la alternancia, no los convierte en demócratas, ni en promotores de las causas democráticas, sino en simples críticos de la coyuntura y del gobierno en turno.

En ese sentido, los “nuevos críticos” no tienen diferencias de fondo con los “viejos críticos”, pues sólo critican al actual grupo en el poder y cuando llegue el grupo que les favorezca, vendrán los aplausos y la crítica se acabará. Los críticos que en determinado momento se conviertan en oficialistas saldrán a vociferar que los -ahora- críticos “critican” porque están ardidos y les duele hasta el trasero o que ya se les acabó el chayote.

¿Contribuye la crítica de los nuevos críticos en algo? Sí contribuye ¿pero a qué? Primero, para demostrar que el sistema político está cambiando y que las unidades políticas se están moviendo, buscan reacomodarse en una posición que les permita ganar, o sea, no comenzar a tener pérdidas de poder que los termine convirtiendo en una unidad marginal, que no influye en nada; segundo, demuestra que los diversos grupos que apoyaron en los últimos años al régimen autoritario en Oaxaca ya no están en el centro del poder político en Oaxaca y por ello buscan re-acomodarse; tercero, promueve que los espectadores de los cambios políticos no generen nuevos héroes o mitifiquen a los políticos de la alternancia; cuarto, la crítica acomodada termina por desacreditar a todo la clase política, porque en el afán de hacer una crítica “porque se cuenta con la calidad moral” los nuevos críticos hacen que se reavive la memoria histórica sobre su comportamiento y es cuando surge la crítica a los críticos por parte de los nuevos “no críticos”: pero si ese periodista era trabajador de tal político con el PRI. Y el nuevo crítico sale a decir, pero si cuando el PRI era gobierno, el nuevo “oficialista” criticaba a tal político cuando todavía no abandonaba al PRI.

En conclusión, la actual crítica al gobierno en Oaxaca, es sólo al grupo en el poder, tratando de recordar y demostrar que los políticos que se fueron sí sabían gobernar. Una interrogante ¿en que forma sabían gobernar los nuevos y los viejos? La cuestión es que ni los políticos de hoy gobiernan para contribuir con la democracia y los del viejo régimen sabían gobernar de forma autoritaria. El gran derrotado es el proyecto democrático que se puede construir en Oaxaca.

Una de las grandes frases que se han popularizado en las últimas semanas en Oaxaca es aquella que plantea que el “bono democrático está siendo desperdiciado por los políticos de la alternancia” ¿cuál bono democrático? La democracia no se construye solamente de manera vertical, ni desde la clase política. En primera, ¿quién dijo que los nuevos gobernantes son democráticos? ¡los nuevos críticos!, bajo el auspicio de los “viejos críticos” (nuevos orgánicos), ya que necesitan construir una nueva retórica y conceptualización que les permita realizar su crítica, aunque en esto mientan sobre lo que significa un concepto y pasen de un nivel a otro en su crítica. La democracia, como forma de gobierno se construye desde la sociedad civil y política. La democracia como forma de vida se construye desde la sociedad y por medio de la sociedad civil busca institucionalizarse. La democracia política basa sus instituciones, intercambios, feedbacks, covarianzas en la participación ciudadana, o sea en aquellos integrantes de la sociedad que están interesados en la política, incidir en el sistema político, pero no quieren tener el poder fáctico, más no real, pues este último reside, en una democracia, en todos los ciudadanos. En este sentido, no se puede pasar a de una crítica al gobierno, por sus errores operativos a decir que la democracia es la que está fallando y que se ha corrompido, pervertido, devaluado, cuando no hay rastros de tener una sociedad democrática, ni reglas democráticas, ni instituciones democráticas.

El objetivo de la nueva crítica no es derrotar al gobierno, sino derrotar la posible participación ciudadana, hacer que las esperanzas de construir un mejor Oaxaca desaparezcan y entonces la fuerza del número, el voto duro, las organizaciones corporativas del viejo régimen tomen las calles y por la fuerza del número y la suma de los errores de un nuevo gobierno que ha hecho todo lo posible por bañarse en corrupción, mostrar el lado oscuro del pago de cuotas, se llega a la parálisis gubernamental.

Si los “nuevos críticos” coyunturales tienen la posibilidad de “criticar” al nuevo gobierno y desnudar su corrupción, la presencia de políticos no democráticos y los primeros “cochupos” del sexenio se debe a que sus dirigentes no han tenido vocación democrática para sacrificar su futuro político a favor de la instauración democrática, o sea, no hay estadistas.

El gobierno y la clase política son importantes para que la transición política camine, pero no son los únicos ingredientes necesarios, si no surge una corriente que critique a los críticos viejos y nuevos, entonces sí estaremos cayendo en el juego donde se cometan generalidades a propósito por “joder al de enfrente”, por el simple hecho de que daña mis intereses personales. La “nueva crítica” en Oaxaca no es a favor de la democracia. Y los que hoy no critican al gobierno, a pesar de lo claro de sus errores y falta de vocación democrática, siempre han sido unos orgánicos, siempre a favor del mejor postor.

Nota: Publicado el 31 de enero en el suplemento político Ágora.