Oaxaca de Juárez, 14 de julio.- Para cuando usted esté leyendo este breve artículo, faltarán unos cuantos días para que se realice la votación o simplemente ya se haya hecho. Por lo siguiente, pretendo sólo hacer una breve reflexión sobre el desarrollo de las campañas electorales. Es muy cierto que estas no salieron del modelo clásico, totalmente acartonado y que quiere seguir obteniendo votos por medio de la publicidad, pero no hay nada innovador. A pesar de esto, considero que hay cuestiones que destacaron y se deben apuntar.
- Las campañas no lograron despertar el interés de los ciudadanos por medio de sus estrategias de campaña, sino por lo que representa este proceso. Esto se nota en el alto número de indecisos con los cuales se llegó al mes de junio, pero que se comenzaron a decidir entre más se acercaba el proceso por lo que fue este sexenio ulisista.
- El mes de junio no se utilizó para hacer campañas propositivas, sino para generar un escenario de campaña sucia por medio de acusaciones mutuas en los medios de comunicación y la aparición de llamadas telefónicas que se obtuvieron por medio del espionaje telefónico, pero que demuestran la operación de los gobernadores priistas para intentar ganar los respectivos procesos electorales.
- Los medios de comunicación en Oaxaca no hicieron una cobertura independiente de las campañas, sino que las basaron en la compra y venta de publicidad por medio de las cuales publicaban los comunicados o boletines, pero faltó una postura independiente y modelo para cubrir las elecciones.
- Las campañas reflejaron que la sociedad oaxaqueña está sumamente dividida y polariza.
- El gobierno del estado de Oaxaca continuó con su estrategia de seguir culpando al gobierno federal de lo que sucede en el estado.
- Con la violencia ocasionada por conflictos sociales y políticos en Oaxaca, el PRI la ocupó para generar la percepción de que esta era planificada desde la coalición opositora, pero nunca presentó las pruebas que lo comprobaran, dejando de lado que estos conflictos son históricos y muchos de ellos generados durante el gobierno de Ulises Ruiz.
- La sociedad oaxaqueña cada día está más desencantada de los políticos.
Aunque no son todos los puntos, son cuestiones que se deben destacar. Se puede notar que Oaxaca sigue bajo un régimen autoritario y que el control sobre los diversos grupos, instituciones y actores es realmente fuerte. Por su parte, la sociedad cada día participa con menor intensidad.
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Nota: Este artículo se publicó en la revista mujeres en el mes de julio del año 2010.
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