Silla ¿presidencial?

OAXACA, México.- Después de las elecciones del Estado de México, bastión del Partido Revolucionario Institucional y Estado con un porcentaje considerable de votantes a nivel federal, los diversos partidos políticos preparan sus estrategias y tácticas rumbo al proceso electoral del 2012.

Las consecuencias que ha dejado el proceso del Edomex son claves para entender los diversos momentos que están viviendo los partidos políticos de oposición y el mismo PRI, pero cabe destacar que no dan para pensar que el tricolor ya ganó el 2012. Detenerse un momento a pensar qué estaba en juego con el resultado de esta gubernatura nos plantea para el “líder” momentáneo de las preferencias electorales “mucho que perder”, “algo qué mantener” y “muy poco que ganar”.

Primero, el PRI siempre ha gobernado el Edomex, o sea que la continuidad en el gobierno simplemente es resultado que la estrategia de gobierno se ha mantenido en buena forma. Segundo, Enrique Peña Nieto, único candidato del tricolor posicionado para el 2012, no conquistaba su lugar como “presidenciable” al interior de su partido con este triunfo, sólo lo consolidaba. Tercero, Peña Nieto antes de las elecciones ya era líder en las encuestas electorales y su ventaja sobre otros contrincantes con el triunfo del PRI se mantiene, pero no lo lleva hasta un punto inalcanzable. Cuarto, el triunfo del tricolor en Edomex se dio con baja participación ciudadana, o sea, demuestra que la participación de los ciudadanos se da cuando los partidos de izquierda y derecha convencen a la ciudadanía de salir a votar. Para el PRI y Peña Nieto Edomex y su victoria solo significan mantener el lugar en el que están, no daba para más.

El resultado en el estado mexiquense sí ha alterado el ritmo de los partidos opositores, pues a mediados del mes de julio, Santiago Creel tuvo que pedir licencia como Senador para comenzar a trabajar en su campaña para ser candidato del PAN a la “silla de Presidente de México”. Después de esta renuncias, han sido varios los panistas que han dicho que se van de sus cargos para comenzar a competir. El PRD por su parte, buscará consolidar mecanismos que permitan que Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard puedan competir en un escenario “transparente” y cuando existan los resultados de su contienda interna, no terminen divididos o con una ruptura definitiva, ¡porque divididos ya están!, sino observe como el fenómeno de la división ya alcanzó a Convergencia y hasta por el nombre tienen un pleito “fuerte”.

Al lado de los movimientos que existe en los partidos políticos, el Instituto Federal Electoral (IFE) vive una de sus crisis (sino es que decadencia) interna que lo tiene en la mira de los intelectuales y las televisoras mexicanas, pues se considera que su debilidad en Consejeros Electorales, más las disposiciones de reglamentación de publicidad, pueden terminar minando el proceso del año que viene.

Hasta el momento el IFE y la disputa de los partidos políticos acapara la política nacional, aunque no sea indicativo de que acapare las primeras planas de los diarios, las cuales están llenas de información del narcotráfico y la violencia, cuestiones que afectan la vida diaria de los ciudadanos mexicanos.

En esta lucha por el 2012 y el “pensar en la silla” que carga la clase política, lo único que les ha hecho falta pensar o agregar en sus análisis “electorales” es a la ciudadanía, la que con su voto decide quién gobernará los próximos seis años.

La clase política mexicana se ha separado tanto de la sociedad mexicana que el 2012 lo ve simplemente como estrategia electoral y marketing político, sin observar y dialogar con los mexicanos que están urgidos de cambio. Es muy probable que si la derecha y la izquierda mexicana no logran hacer buenas campañas, el voto duro del PRI regrese a este viejo lobo autoritario al poder, un escenario nada favorable para la democracia, pero sería bueno de una vez por todas darnos cuenta si la sociedad civil está lista para soportar una ola autoritaria y rescatar a la democracia mexicana. O si simplemente los ciudadanos aspiran a votar por el menos malo y a sabiendas que no se le puede pedir un buen gobierno, como lo hemos visto en este sexenio.

Nota: Publicado en la Revista Mujeres del mes de agosto